La dotación de confort y seguridad de serie es completa, sólo llama la atención que el capot se mantenga con una varilla y que carezca de material aislante del lado interno. Las butacas son Recaro tapizadas en cuero de impecable sujeción y reglaje eléctrico con memorias, portón trasero de cierre automático,  sistema multimedia con Apple Car Play y Android Auto, ayuda de estacionamiento, ordenador de a bordo multifunción, techo panorámico, faros LED, siete airbags, control de presión de neumáticos (no dispone de auxilio), ayuda en pendiente, controles de estabilidad/tracción, funciones Individual, Confort, Sport, Sport + y Start Race, sistema similar al conocido como Launch Control que permite la máxima eficiencia en procesos de aceleración con partida detenida, suspensiones deportivas AMG y frenos de disco ventilados y perforados en las cuatro ruedas.

Los materiales son de primer nivel y el diseño interior no difiere de otros Mercedes con la pantalla tipo “tablet” montada sobre la plancha. Respecto al confort de marcha, en una versión de este tipo, no se pueden esperar milagros. Las suspensiones son rígidas, aún en modo “Confort”, cuando se transita por superficies irregulares… sin se busca un eficiente comportamiento dinámico, algo hay que sacrificar. De eso se trata.

La posición ideal frente al volante se logra mediante múltiples regulaciones eléctricas y hasta cuenta con reglaje de los pétalos del respaldo de las butacas, en tanto el volante multifunción de tamaño justo ofrece un grip generoso agradable al tacto. El instrumental es analógico con información completa que suma la pequeña pantalla ubicada en el centro del tablero.

Ahí comienza la diversión. Los cambios se suceden a velocidad vertiginosa, uno tras otro con un sensual petardeo ante cada cambio de marcha que presiona la espalda a la butaca de manera contundente. El 5,3 segundos llega a los 100 km/h y en 22 segundos cubre el kilómetro cruzando esa meta a ¡241 km/h!. La bestia devora el asfalto escondida bajo su camuflaje inofensivo. La velocidad máxima declarada es de 250 km/h autolimitados. Las distancias de frenado son correctas pero no asombran: 37 metros para detenerlo a 100 km/h. Esperaba un par de metros menos.

Las suspensiones –Mc Pherson adelante y multilink atrás- en función Sport o Sport+ muestran un comportamiento impecable en trazados de asfalto. La 4Matic demuestra una vez más su eficiencia transmitiendo al eje correspondiente la potencia en cada circunstancia, transformádolo en un vehículo franco, neutro y confiable en todo momento. Lo mismo sucede cuando se transita por caminos de tierra, situación en la que no hay preocuparse demasiado por el despeje, ventaja que también se nota en las incómodas cunetas porteñas.

Todo armoniza. La dirección, los frenos, la elasticidad y recuperación del motor y una tracción siempre eficiente. Por razones obvias, es en un circuito donde el GLA AMG puede mostrar todo su potencial, pero no es menos cierto que el comprador de esta versión no tiene acceso a una pista, por lo tanto deberá disfrutarlo en ruta, tomando las precauciones del caso.