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Ford Everest Test Drive

Siete días a bordo de la Ford Everest Titanium con el motor 2.3 EcoBoost de 300 CV, caja automática de diez marchas y tracción 4x4.

Ford Everest (1)

¿Y si Ford no busca desbancar a la Toyota SW4? Cuando hablamos, vemos, pensamos o interactuamos con una Everest, inmediata e inexorablemente pensamos en su par de Toyota: el modelo fabricado en Zárate hegemoniza el segmento de SUV “para siete basado en pick up” con una Trailblazer ciclotímica que no pudo hacerle sombra durante los últimos años por disponibilidad o por mérito mismo de la esedoblevécuatro.

Pero vayámonos unos meses atrás, cuando Ford reinauguró sus instalaciones de Pacheco y a modo de avant premiere develó ahí mismo, en el playón y en las nuevas oficinas (nobleza obliga Ford no suele decepcionar con sus activaciones) dos Everest que adelantaban su inminente comercialización. Durante el verano el modelo también estuvo expuesto en la Costa y finalmente pudimos hacernos de una para probar durante unos días.

Lo curioso es que, hasta que nos subimos, la Everest no tenía precio. Y esto generó un montón de especulaciones porque el “boca de urna” durante los días que la tuvimos fue ajetreado: mensajes para pasar a verla, fotos en la Panamericana y preguntas múltiples en los semáforos; y eso no es algo que nos suceda siempre.

El comentario era el mismo: “si la ponen a buen precio pueden desbancar a la SW4”. Pero no la pusieron a buen precio: durante junio Everest tiene un PVP de 79,8 millones de pesos mientras que la SW4 más barata arranca en 72,7. Sí es raro arrancar así una prueba, pero era importante ponerla en contexto. Ahora, dicho esto, vamos a desmenuzar la Everest y, ya te aviso de antemano, que posiblemente nombremos varias veces a la SW4 para comparar algunas cosas puntuales.

Ford Everest 2

La Ranger cerrada es esencialmente eso: idéntica a la pick up fabricada en Pacheco hasta que empezás a girar la cabeza para verla irse: en lugar de la caja te encontrás una silueta con ópticas diferentes y un portón. A mi juicio, el diseño es correcto y no mucho más, pero hubo a quienes les gustó más y menos. El resto es prácticamente lo mismo, con algunas diferencias más debidas al equipamiento que a otra cosa.

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Justamente eso nos da el pie para hablar de la dotación. La cuestión con esta Everest es que a la Argentina llega la variante Titanium que seguramente te suena y lo asocias a otrora topes de gama (Mondeo, Fiesta KD, Territory) aunque en el caso de la Everest no lo es: hay versiones más equipadas en otras partes del globo. En pocas palabras y para trazar una relación con Ranger: la Titanium no solo no figura en la gama de la pick up sino que tampoco es una Limited y está más cerca de la XLS.

¿En dónde se manifiesta esto? En la ausencia o diferencia en la dotación, pese a que la nómina es muy completa. Por el lado del confort anotamos techo panorámico, tapizados de cuero, climatizador bizona, asientos calefaccionados (clave para épocas invernales), sensor de lluvia, acceso y arranque remoto y sin llave y 6 airbags como lo más destacado.

Ford Everest

Haciendo un doble clic en seguridad, la buena noticia es que incorpora el paquete ADAS de Ford pero incompleto, porque le falta cosas que sí tienen otros modelos como el sistema de dirección evasiva y, el que más lamenté, el control de velocidad crucero adaptativo, una baja insólita teniendo en cuenta que varios modelos del óvalo lo equipan.

Siguiendo un poquito con esa linea, el tablero también sufre un recorte, con una pantalla lógica de 8” para cualquier otra marca pero no para Ford que nos tiene acostumbrados a tableros fastuosos sin mencionar sus pantallas, que en este caso es la misma -y brutal- de la Ranger de 12” de disposición vertical. Al combo se le suma la carga y la proyección inalámbrica de ambos sistemas operativos.

Momento de abordar la tercera fila de asientos. La distancia entre ejes es apenitas más larga que en SW4 pero independientemente de ese datito la verdad es que se viaja bien y, lo más importante de todo, el gran diferencial con la SW4 que es el sistema rebatible eléctrico de las butacas que permiten un piso plano a diferencia de sus rivales que solo habilitan ruidos molestos y un espacio de guardado menos homogéneo.

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Everest es un producto muy interesante que buscará cautivar clientes que no deseen esperar por SW4, que sean amantes del ovalo o que simplemente quieran un SUV con base pick pero que quieran diferenciarse en el tránsito. Con un equipamiento correcto, potencia y sobre todo una silueta que corta la dinastía de Toyota y en menor medida Chevrolet, la Ford seguramente pueda colocar un buen número de Everest en el mercado argentino. ¿La veremos con DNI argentino? Habrá que esperar.

Ford Everest Prueba

A favor

Motor y prestaciones

Diseño atractivo

Confort interior

En contra

Faltantes de equipamiento

Consumo urbano

Consumo de combustible

A la hora de los consumos, la Everest tiene promedios similares a sus competidoras turbodiesel lo cual es bueno teniendo en cuenta que tiene casi 100 CV más. A 100 km/h la Everest pide 7,8 litros, a 130 el promedio se va a 9,4 y en el ciclo urbano tiene picos de hasta 17 pero en los días que la tuvimos cerró en 13,6 un litro más que la SW4 SRX que manejamos unos años atrás.

Consumo (L/100km) AutonomÍa (KM)
100 km/h 7,8/1.025
130 km/h 9,4/851
Ciclo urbano 13,6/588
Promedio 11,1/720

Aceleración, recuperación y frenada

A la hora del motor, otro de los grandes distintivos del modelo es que troca diesel por nafta. La fórmula para la cima del Himalaya pasa por un motor turbonafta de contundentes -pero progresivo en sensaciones- 2.3 de 300 CV y 446 Nm, con más potencia pero menos torque que el turbodiesel de 204 CV y 500 Nm.

La caja, por su parte, una eficiente de 10 velocidades (6 en SW4). Con este conjunto la Everest alcanza los 7,8 segundos, una cifra espectacular para una mole de casi 3 toneladas. Otra de las ausencias respecto de Ranger es el modo de manejo 4A, una suerte de tracción integral en demanda que va distribuyendo par a los ejes, pero creo que es algo muy meticuloso nuestro ya que considero que nadie le va a dar un uso tan específico a su Everest. Eventualmente si se siente desamparado el conductor podrá seleccionar diferentes modos de manejo de acuerdo a la superficie por la que deseen deslizarse.

En términos dinámicos la Everest es robusta pero de algún manera ágil y obviamente que no tiene ningún tipo de problema en atacar cunetas, caminos irregulares y demás. Siempre dentro de un contexto donde se conduce en una ciudad una mole de 3 toneladas. La buena noticia es que a diferencia de su prima sudamericana, frena mucho mejor: 43,2 metros para el 100 a 0.

ACELERACIONES
0-100 km/h 7,8 segundos
0-400 metros
0-1.000 metros
FRENADA
60-0 km/h
100-0 km/h 43,2 metros
130-0 km/h

Ficha técnica

MOTOR
Tipo Naftero
Configuración Delantero longitudinal, cuatro cilindros en línea
Cilindrada 2.261 cm3
Diámetro por carrera S/D
Distribución S/D
Inyección Directa
Compresión S/D
Potencia 300 CV a 5.650 rpm
Par máximo 446 Nm a 3.500 rpm
TRANSMISIóN
Tracción 4×4 con alta y baja
Caja Automática de diez marchas
CHASIS
Suspensión delantera Independiente con doble brazo
Suspensión trasera Eje rígido con resortes
Frenos Discos ventilados en las cuatro ruedas
Dirección Con asistencia eléctrica
Diámetro de giro S/D
Neumáticos 255/55R20
CARROCERÍA
SUV Cinco puertas, siete plazas
Peso 2.401 kg
Tanque 80 litros
Baúl (7A, 5A y 2A) 259/898/1.823
Largo / ancho / alto 4.914/1.923/1.841 mm
Distancia entre ejes 2.900 mm
Trochas S/D