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Peugeot 301: ¿por qué no tuvo éxito el sedán?

El sedán de Peugeot del segmento B llegó importado de España con varios años de atraso a nuestro mercado y no tuvo el éxito esperado. ¿A qué se debió esto?

Hay autos que están marcados por el destino. Pueden ser vehículos eficientes, con un diseño agradable, buenas prestaciones, habitabilidad y estructuralmente robustos pero que el mercado no los acepta más allá de estas virtudes. Pasó hace años con el Ford Mondeo cuando, sin duda, era el rival a temer para el VW Passat. ¿Por qué no tuvo el éxito que merecía? Una de las causas, desde mi punto de vista, es que Ford lo dejó huérfano de apoyo publicitario, no lo promocionó adecuadamente y no logró impactar en el mercado. Creo que algo similar sucedió con el Peugeot 301.

Peugeot-301-frente

Es cierto que a la Argentina llegó con varios años de retraso respecto a la versión original, que data de 2010. El Peugeot 301 era producido en España, en la planta de Vigo que la marca del león compartía con Citroën y fue creado conceptualmente para comercializar en países del este europeo como Rumania, Servia, Grecia y por supuesto China, pero también llegó a lanzarse en países de Europa occidental.

Para abaratar costos de producción se utilizó la plataforma del C Elysée y con retoques estéticos se transformó en el Peugeot 301 que en realidad se acercaba al posicionamiento del 408 (que tampoco pasará como modelo exitoso en la historia de la marca francesa). Incluso era lógico suponer que existían posibilidades de canibalizarlo, aunque eso no sucedió en nuestro mercado.

Peugeot-301-lateral

En Argentina el Peugeot 301 se presentó siete años después de su nacimiento en 2010 y en dos versiones: una naftera con el conocido 1.6 de 16 válvulas y 115 CV y otra turbodiésel de 92 CV. No es novedoso aclarar que los mejores motores de Peugeot son los HDI, respetados en el ámbito internacional como propulsores de alta eficiencia en su categoría. Por esa misma razón dedicaré estas líneas al “gasolero” que se mostraba mucho más lógico por varias razones que hacen a las prestaciones, consumo, autonomía, etc.

¿Qué se le puede criticar al Peugeot 301? Su diseño era logrado para un sedán del segmento B+, que tenía como rivales en su momento al geométrico Renault Logan, el Nissan Versa, el Toyota Etios y el Fiat Grand Siena, pero con ventajas sobre sus rivales: plazas traseras más espaciosas y baúl con 500 litros de capacidad, rubros que prioriza el comprador de un vehículo familiar.

Peugeot-301-interior

Sin ser un experto en marketing ni mucho menos, el Peugeot 301 tendría que haber sido publicitado como “hecho para la Argentina”. Hablando con Rodrigo Morán, uno de los responsables de producto de Peugeot en ese momento, me comentaba lo que semanas más tarde pude comprobar al volante del Peugeot 301. La idea de la marca francesa desde un primer momento fue producir un auto robusto estructuralmente con alto nivel de rigidez torsional, estudiado trabajo de las suspensiones junto a un adecuado despeje considerando las características viales de los países hacia donde iba dirigido, incluido el nuestro.

Y esto se manifestaba cuando tras recorrer más de un millar de kilómetros en ciclo urbano y ruta por todo tipo de caminos, no aparecían esos “grillos” molestos debido a materiales de dudosa calidad. Sí bien eran plásticos rígidos estaban bien ensamblados. Un detalle que indicaba sus intenciones “low cost” se manifestaba en las teclas de los elevacristales eléctricos, criticadas por algunos medios, que estaban alojadas en la consola central con el consiguiente ahorro del cablerío para ubicarlas en las contrapuertas.

Peugeot-301-cola

Sin duda, en el HDI, los aspectos positivos superaban a las críticas, muchas de ellas sin argumentos válidos. La versión con motor diésel estaba a escasa diferencia del Peugeot 301 con el bloque naftero de 115 CV en los 0-100 km/h con un registro de 12 segundos, pero lo aniquilaba en recuperación de 80 a 120 km/h superándolo por más de 3 segundos. Ventajas del torque de los diésel que aplican la potencia a un régimen menor y con una permanencia superior lo que redunda en un menor consumo que en este caso era de 4 litros/100 km menor que en la versión nafta en circulación urbana.

En cuanto al comportamiento, aunque el Peugeot 301 disponía de suspensiones más robustas y rígidas, no llegaba a penalizar el confort de marcha y se manifestaba muy a gusto en curvas de todo tipo, con escaso rolido de la carrocería mostrándose dócil ante el llamado de la dirección y sin tendencias indeseables.

Era el sedán ideal para nuestros caminos y para el entorno familiar. Sin embargo no llegó a los niveles de venta que merecía dentro de las necesidades e inclinaciones del usuario promedio. Por otra parte el Peugeot 301 era el único que ofrecía una versión diésel dentro de su segmento. Incluso, a pesar de llegar importado de España y pagar el correspondiente impuesto del 35% el precio final resultaba competitivo. Sin embargo, las ventas no cumplieron con las expectativas y Peugeot decidió interrumpir su importación en 2020. Un auto funcional, robusto y eficiente que no tuvo la respuesta que merecía.

Peugeot-301-trompa