Opinión: la historia del Golf y un imperdonable paso en falso

Hay ciertos modelos de autos que trascendieron fronteras y son conocidos en prácticamente todo el mundo. El Volkswagen Golf pertenece a ese grupo, junto con Escarabajo o Corolla, por nombrar los primeros que se me vienen a la mente.

Debo reconocer cierto fanatismo por este particular modelo de Volkswagen, algo que naturalmente trajo consigo incontables cargadas por parte de mis compañeros de redacción. Pero también entiendan que me crié soñando con que mi viejo se compre uno cuando salió la flamante cuarta generación allá por 1999 (y creo que él tenía el mismo anhelo).

Este año el Golf cumple 50 años y el objetivo de las líneas que siguen no sé bien si es hacer un homenaje, repasar la trayectoria de un modelo que fue clave para una de las marcas más importantes del mundo o simplemente transmitir un poco lo que un hatchback común y corriente provocó en un niño de apenas 5 o 6 años. Veremos qué sale.

Quizás varios ya saben que el Golf nació como un modelo para suceder al Escarabajo, aunque de aquel sólo heredaba la esencia de auto popular orientado a un público masivo. El motor pasaba al eje delantero en disposición transversal e incorporaba una carrocería moderna que ofrecía hasta cuatro puertas y un novedoso portón para convertirse en un hatchback hecho y derecho.

Más de 20 años después de su debut mundial y mientras transitaba su tercera generación, el Golf llegó oficialmente a la Argentina. Lo hizo como un posicionamiento de nicho y sólo dos versiones disponibles: GTI en tres puertas y GLX en cinco, ambas con el motor 2.0 de 115 CV que utilizaban por aquellos años una gran cantidad de modelos de la ex Autolatina.

Aquellos primeros Golf llegaron importados desde México con un interesante nivel de calidad de terminación, y en su momento competía frente a otros exponentes producidos en la región como Renault 19 y Ford Orion. Con el tiempo se fueron sumando más versiones y motorizaciones que convirtieron al Golf en un vehículo más masivo que aquellas primeras unidades que arribaron en 1995.

La cuarta generación se presentó en 1999 y en sus inicios llegó importada desde Alemania. Unos años más tarde comenzó su producción en Brasil, tras una millonaria inversión que también significaba el comienzo de fabricación en el país vecino del Audi A3, algo que terminaría en un éxito para Volkswagen y un fracaso para Audi.

Esa cuarta generación del Golf es a mi criterio una de las mejores que tuvo el auto en nuestro mercado, sobre todo en sus primeros años, ya sea por nivel de calidad, equipamiento o variedad de motorizaciones (con esta evolución llegaron el 1.8 turbo y los eficientes TDI).

Pero claro que no todo es color de rosas y con esta generación del Golf comenzaron los problemas de identidad en nuestro mercado. En 2003 se presentó la quinta generación en Europa y ante la imposibilidad (por una cuestión meramente de costos) de producir esa línea en el Mercosur, Volkswagen desarrolló en Brasil un rediseño sobre la base de aquel Golf IV lanzado en 1999, con discutibles cambios de trompa y cola que intentaron acercar al modelo a los exponentes europeos más modernos.

Era la primera vez en su historia que el Golf que no tenía un cambio generacional sino que se realizaba una actualización sobre la base conocida, algo que a nivel global se repitió recién en 2018 con la séptima generación.

Esta estrategia le costó caro a Volkswagen ya que las ventas en nuestro mercado cayeron de forma considerable, principalmente porque el público no aceptó esta decisión y, como si fuera poco, debido al tipo de cambio con Brasil el auto era carísimo frente a los principales rivales -la gran mayoría producidos en Argentina- y sus ventas fueron canibalizadas por el Bora, que llegaba desde México con un precio competitivo, diseño más agradable y mayor equipamiento. Basta con hacer un ejercicio de cuántos Bora y Golf 4.5 (así fue bautizada esta polémica renovación) hay actualmente en la calle para entender este paso en falso.

Finalmente, luego de una breve etapa en la que Volkswagen apostó por traer sólo la versión GTI de la sexta generación importada de Alemania (creo que hay más de esta serie que de los 4.5 brasileños) el Golf volvió a ser lo que era con la llegada del MK7, generación que también considero una de las mejores que tuvo el mediano en el mercado local.

Esta evolución le permitió al Golf volver a ser un auto más masivo, con una amplia variedad de versiones y motorizaciones y hasta carrocerías, con la Variant que durante mucho tiempo fue la única alternativa del segmento C, antes de que las rurales desaparecieran por completo.

Lamentablemente con la llegada de la octava generación en 2019, la producción en México finalizó unos años más tarde y el mercado argentino se volvió a quedar sin uno de los modelos más vendidos de la historia de Volkswagen a nivel global. Hoy el Golf ya lleva 37 millones de unidades comercializadas desde 1974 y se prepara para encarar sus últimos años como un vehículo con motores de combustión: ya se confirmó que la próxima generación será 100 % eléctrica, incluso el emblemático deportivo GTI, que siempre acompañó al Golf desde el primer día.

German Asato

Nació en 1995 y es periodista, egresado de TEA en 2022. Desde julio de 2014 se dedica de lleno al mundo de los motores. Ingresó al staff de Motorpress Argentina en septiembre de 2020 y desde entonces se desempeña como redactor de contenidos para la web y papel de la revista Auto Test.