Test Drive Nissan Frontier X-Gear

Presentación

MARCA: nissan

MODELO: frontier x-gear

Se hace cada vez más difícil arrancar a escribir las pruebas de las pick ups. El 2020 que pasó (gracias al cielo) nos dejó un tendal de lanzamientos, novedades y reordenamientos de gamas (entre ellas esta Nissan Frontier X-Gear). Incluso lo cerramos, protocolos y gruesa organización mediante, con un MasterTest donde pusimos a prueba a las protagonistas excluyentes del segmento mediano.

Ante ese panorama, la marca japonesa, asentada ya como terminal en nuestro país, decidió retocar un poquito la gama de su pick up y aprovechó para tirarle una mano de pintura extrema y mover las piezas dentro de la gama de acuerdo al feedback que fue recibiendo del cliente y, naturalmente, de los números.

Así nació la Nissan Frontier X-Gear, una pick up que busca diferenciarse por su look más radical que deportivo y que se apoya, a contramano de otras versiones especiales, en las versiones intermedias de Frontier. Por supuesto que nos subimos y en esta prueba te contamos todo lo que cambia y dónde (y para qué) se ubica esta nueva opción dentro de la gama de una tonelada de la pick up “japocordobesa”.

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Características

Hace rato que las pick ups dejaron de ser un vehículo de trabajo para convertirse en un reemplazo de las SUV, rurales o clásicos sedanes familiares. Por eso también hace tiempo que las marcas sacan versiones especiales o con look diferencial de sus productos: saben que esa suerte de exclusividad cotiza en el cliente.

Y Nissan también lo ve así ya que el comunicado deja bien en claro que estas modificaciones “la convierten en una pickup más versátil, pensada no sólo para el trabajo sino también para la vida urbana”. Al mismo tiempo, como te anticipábamos, Nissan aprovechó para reacomodar su gama, que con la llegada de X-Gear quedó en 10 versiones.

La idea fue acoplar a la familia de la Nissan Frontier XE (intermedia) dos versiones automáticas con tracción simple (160 CV) y automática (190 CV) y, de yapa, las customizaron con el look que ilustra estas líneas. O sea: hoy por hoy, quien busca una Nissan Frontier automática podrá elegir únicamente entre las X-Gear (con base XE) o el tope de gama LE (sólo 4×4).

Estéticamente las “equis” son fácilmente reconocibles. La unidad que nos tocó era de un rojo furioso (hay blanca y negra, también) que se destaca en el tránsito (fue muy mirada) gracias a, además de los mencionados colores, la barra, los estribos, el curioso vinilo del parante trasero, las barras de techo y las llantas, todas con una temática que viene siendo trending topic: el oscurecimiento.

En esta Nissan Frontier X-Gear la marca buscó darle un soplo de frescura a una gama que, si bien se fabrica desde hace pocos años en el país, ya carga con más de 5 años y empieza a asomar una renovación. Se sabe que en este mercado repleto de pick ups, distinguirse siempre es un plus entre los usuarios.

Como está apoyada en la variante XE, su equipamiento es algo más acotado a lo que ofrecen las full y eso no es una buena noticia. La equis viene con una dotación de seguridad tremendamente mejorable: ofrece solo dos airbags, faros antiniebla delanteros, tres cintos y tres apoyacabezas traseros, fijaciones Isofix y controles de tracción y estabilidad.

Por el lado del confort, tiene cámara de estacionamiento (sin sensores y activable desde la consola), pantalla de 5” a color en el tablero y aire acondicionado. Le podemos reclamar, entre otras cosas, arranque sin llave, climatizador, control de velocidad crucero (duele ver el volante “ciego”), faros de LED o xenón y, naturalmente, más bolsas de aire.

Siempre que manejemos la Nissan Frontier o que hablemos de ella vamos a dejarle unas líneas a su suspensión posterior, que ahora comparte con su prima Renault Alaskan, y que corre por cuenta de una multilink de cinco brazos que copia con eficiencia en ciudad y aporta estabilidad cuando salimos a la ruta. De hecho aprovechamos la X-Gear y le hicimos casi 1.000 kilómetros por la 2 y algo de arena en la Costa Atlántica.

Su comportamiento es muy equilibrado y en esta variante X-Gear los detallistas la van a notar un poquito más orientada al confort, algo en lo que colabora, y mucho, que las llantas de 16 pulgadas estén acompañadas por caucho 255/70 (es decir, 2,5 centímetros más de altura de talón que en las versiones con llantas de 18”).

A la hora del off road se extraña la posibilidad de la Nissan Frontier mexicana de poder bloquear el diferencial, pero con la espalda de Nissan en cuanto a fierros todoterreno podemos salir tranquilos de travesía. Para hacerlo de la manera más segura posible, cuenta con protección “abajo” pero hasta ahí: en ese apartado la Ranger sigue un escalón por delante de todas. La dirección sigue pareciéndome pesada (hidráulica), y los frenos, con tambor atrás, en buenos 41,9 metros para detenerse de 100 a 0.

Interior

Adentro, prácticamente sin cambios respecto de las variantes tradicionales: nada de plásticos coloridos o detalles X-Gear que la distingan del resto de la familia Frontier, sólo unas alfombras de goma de buena calidad con el logo que vienen bien a la hora de la limpieza.

Respecto de la habitabilidad, todo se mantiene dentro de los buenos 3,15 metros entre ejes –con salida de aire independiente para las plazas traseras– que garantizan un espacio correcto pero lejos de los referentes del segmento. Donde sí pica en punta, por lo menos desde lo nominal, es en su capacidad de carga. Esta variante de 190 CV admite hasta 1.026 kg de capacidad en la caja. En ese sector encontramos, además, cuatro ganchos de sujeción y toma de 12 V pero ojo porque la protección plástica que tenía la nuestra no viene de serie.

Volvamos adentro. Adelante, quien se ponga al mando dispondrá de una butaca (tapizados de tela) con regulaciones manuales (incluye altura) y la tecnología Zero Gravity (basados en tecnología NASA, aunque no me parecen nada del otro mundo), pero un volante que no regula en profundidad con lo cual la posición de manejo no va a poder ser configurada al milímetro. Eso sí, vinieron bien los tapizados de tela en plena época estival.

Confort y funcionamiento

Consumo de combustible

Respecto de los consumos, sorpresivos 7 litros a 100 aunque si elevamos la velocidad a 130 km/h las cosas se normalizan, con algo más de 10 y un urbano lógico de casi 11. ¿La transmisión? De siete marchas, con un funcionamiento tradicional aunque con algunos tironeos entre marcha y marcha cuando la exigimos un poco.

Aceleración, recuperación y frenada

La Nissan Frontier X-Gear mantiene la dupla del 2.3 (cadenero) exclusivamente asociado a una caja automática. Hay dos opciones: con un turbo o con dos, lo que determina que empujen 160 o 190 CV. Por nuestras manos pasó, una vez más, la más potente, con 450 Nm de torque declarados en la zona baja del cuentavueltas y con un arrastre máximo de 3.500 kg.

Con este bloque, brioso y contundente, la Nissan Frontier alcanza buenas cifras de performance, con un cero a cien en menos de 11 segundos y un kilómetro en 32 y medio. Independientemente de las cifras, la rumorosidad del motor cuando se lo exige cala hondo y da gusto en un segmento que se fue sofisticando (lejos de criticar esta evolución, desde ya).

Con discos ventilados adelante y tambor atrás (como la mayoría de sus rivales), la Nissan Frontier X-Gear recorrió 41,9 metros para detenerse de 100 km/h a 0. De esta forma, es una cifra correcta para sus características.

Ficha técnica

Pack de conectividad

Por último, la multimedia corre por cuenta de una pantalla de 8 pulgadas, con una interfaz medio anticuada que queda en segundo plano cuando conectamos nuestro teléfono, donde android auto o car play toman la posta del sistema y espejan música, mapas (no tiene nativos) y las funcionalidades más usadas del celular.

Fotos

Seguridad

Opiná sobre este modelo

Guido Tonelli

Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.

Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».