El MINI tres puertas históricamente fue un hatchback con plazas traseras limitadas para los adultos, pero quien se decide por su compra difícilmente tendrá en cuenta este aspecto. Lo mismo vale para el baúl, que apenas dispone de poco más de 200 litros de capacidad. Si hablamos de los materiales, no dan lugar a la crítica, y los ensambles son eficientes ya que en los empedrados desparejos, más allá de las vibraciones que transmiten las suspensiones deportivas, no se manifestaron los molestos “grillos”, habituales en otros autos.

El instrumental mantiene su ubicación adosado a la columna de dirección y frente a la vista del conductor, más el clásico display circular en el centro de la consola y que brinda información desde el comando tipo dial, similar al iDrive de BMW. Un detalle poco habitual: el sistema de audio carece de banda AM.

En esta versión lo que se buscó en su puesta a punto fue un eficaz comportamiento dinámico, y esto se manifiesta en todo su esplendor cuando se lleva al MINI a una pista con curvas lentas y de media velocidad. Es ahí donde aparecen sus virtudes casi comparables –salvando las distancias– con la conducta de un karting.

Es inmune a los cambios de trayectoria y apoyo, la carrocería no se balancea y la respuesta de la dirección (muy directa) y el tren delantero es inmediata, siempre con tracción eficiente y sin evidenciar subvirancias. A esto se suman butacas deportivas, buena posición de manejo, y una caja automática Steptronic con doble embrague de siete marchas con levas al volante muy bien relacionadas que permite, gracias a la amplia gama de torque del motor, disponer de potencia a partir de las 2.000 vueltas.

El motor del Cooper S es un 2.0 litros, de inyección directa y turbo que entrega 192 caballos con un par máximo de casi 30 kgm a partir de las 1.250 y hasta las 4.600 vueltas, de ahí su impresionante elasticidad y poder de recuperación en cambios altos. La velocidad máxima declarada es de 235 km/h, en tanto que de 0 a 100 km/h baja los 7 segundos.

Los cuatro discos de freno logran detenerlo en 36 metros a 100 km/h, una distancia acotada mediante un pedal muy dosificable y un ABS de eficiente respuesta. Otro aspecto en que el MINI sorprende es en el rubro consumo, en el que arrojó cifras realmente austeras: apenas 6,9 litros a 130 km/h en modo Green y en la séptima relación con el motor girando a relajadas 2.100 rpm.