El equipamiento de serie es completo (ver recuadro de lo más destacado) y corresponde a lo que se espera de una versión full de MB, lo mismo vale para los materiales y terminación en general que logran una más que correcta percepción visual. El espacio interior no sufrió modificaciones: muy cómodo para conductor y acompañante; limitado para los que ocupen las plazas traseras. Debido a sus prestaciones semi-deportivas, las suspensiones y neumáticos (235/50 x 18”) priorizan el comportamiento dinámico pero sin penalizar el confort de marcha en ciudad que no mostró grises aún en superficies irregulares.

Tampoco hay cambios en el interior: butacas de correcta ergonomía y posición de manejo adecuada para cualquier humano gracias a múltiples reglajes eléctricos y memorias. El selector de cambios se acciona desde un brazo a la derecha del volante, como en otros modelos de MB, detalle que históricamente hemos criticado, ya que en modo manual sólo se puede cambiar de marchas desde las no muy generosas levas al volante. Por su parte el Dynamic System dispone de modos Eco, Confort, Off Road, Individual y Sport, sumando Stop-Start desconectable. La climatización es bizona y la insonorización se mostró eficiente, incluso, a altas velocidades.

El comportamiento dinámico en ruta se asemeja al de una berlina con intenciones deportivas ya que su centro de gravedad es mucho menos elevado que en un SUV convencional. En modo Sport es cuando la gestión de motor se modifica y muestra una cuota extra de nervio ofreciendo prestaciones interesantes para un Crossover. La asistencia de la dirección, las relaciones y el rápido pasaje de cambios junto a suspensiones equilibradas y tracción integral cuando es necesaria, logran un resultado final satisfactorio.

Mercedes declara 235 km/h de velocidad máxima, valor más que suficiente para un vehículo familiar.Nuestras mediciones registraron 7,4 segundos para llegar a los 100 km/h y 27,9 para el kilómetro, meta a la que llega a más de 190 km/h. Debido a un par máximo de 37 kgm que va desde 1.200 a 4.000 rpm en menos de 5 segundos recupera de 80 a 120 km/h en Drive.  El consumo es contenido considerando las características del GLA: 8,7 litros a 130 km/h constantes en D7 (2.200 rpm, o sea unos 58 km/h cada 1.000 vueltas) con una autonomía superior a los 600 kilómetros. En ciclo urbano, 11,3 litros. Las distancias de frenado no asombran pero están por debajo (apenas…) de los 40 metros que es nuestro límite de la franja verde.