Adentro hay una marcada evolución. Está inspirado en la rusticidad característica de la línea Wrangler, pero desde el vamos la pieza en rojo mate deja en claro que esa tesitura aventurera no será en detrimento del estilo. Copan la escena las cuatro salidas de aire, el generoso Uconnect (con la interfaz, respuesta y conexiones de primera), la manija para que el acompañante no vaya flameando en alguna excursión y los cuatro levantavidrios, que están pésimamente ubicados en el centro de la consola porque las puertas, al ser removibles, cuanto menos conexiones tengan, mejor.

Hacemos foco en la central multimedia. Si nos lees seguido sabés que la Uconnect es una de nuestras favoritas en todo el rango de FCA y en el Wrangler no es la excepción, porque no por ser un vehículo rústico tiene que estar despojado de tecnología. Es la cuarta generación del sistema que se materializa en una pantalla de 8,4” y está complementada por cuatro entradas USB, dos adelante y dos atrás, más tomas de corriente 12V, y hasta un enchufe de tres patas como opción.

Quien comande tendrá frente a sí otra de 7” con mucha data y buena interfaz y dos relojes analógicos convencionales. La posición de manejo es buena, con doble regulación de volante y butaca, aunque los sistemas de regulación son algo toscos y no hay un apoyapies para el izquierdo.

Atrás tiene un espacio correcto, si bien las rodillas quedan demasiado elevadas. Bien por los tres cinturones inerciales y por los tres apoyacabezas, aunque los laterales no son tipo coma y eso impacta negativamente en la visibilidad trasera, que ya viene medio a los tumbos por el auxilio y la tercera luz de stop.

Al baúl se accede a través de un portón de apertura horizontal (algo pesado) y con un alfombrado de primera. Copan la escena el woofer Alpine inmiscuido entre los buenos 548 litros de capacidad de carga.

Y hablando de modularidad, todo el encanto del Wrangler se traduce en la mórfosis que puede adquirir la carrocería con la remoción de varios paneles (techo, parabrisas y hasta puertas) para tener una experiencia increíble que pocos vehículos del mercado pueden dar. Eso sí, para sacar algunos hay que usar ciertas herramientas y procesos poco prácticos. Lo más seguro (y fácil) es sacar el techo (en esta versión denominado Freedom Top, pero también está disponible el Sunrider de lona) sobre las filas delanteras.

¿Equipamiento? Súper completo, pero preferimos que lo veas vos mismo en la ficha. Sí creemos que no pueden faltarle el sensor delantero de estacionamiento –máxime teniendo en cuenta que es extremadamente difícil ver lo que sucede más allá del capot– y un lavafaros delantero, por si la excursión en el barro se pone complicada. En materia de seguridad, aprobado, pero sin ninguno de los sistemas superadores que incorpora en EE.UU.

Pese a que en otros mercados se ofrece con motores 2.0 turbo (270 CV) y V6 diésel (260), a la Argentina llega con el conocido Pentastar V6 de 3,6 litros, que está lejos de simbolizar un paso adelante en materia de downsizing.

Es un motor mexicano joven de diez años de trayectoria, pero no va muy en sintonía con la moda del downsizing ni de ir hacia un horizonte de cilindradas pequeñas sobrealimentadas, aunque incorpora stop&start. Entonces, ¿es un motor malo? No, para nada.

Desarrolla robustos 285 CV y 353 Nm de torque pero a 4.800 rpm, es decir, en la zona alta del cuentavueltas. No sorprende que haga el 0-100 en menos de 9 segundos (pese a acusar ¡2.631! kg en la balanza) y la recuperación en menos de 6, pero el costo por esas cifras es alto: el consumo mixto es de 15,2 litros cada cien, y en el ciclo urbano anda peligrosamente cerca de los 20. La buena noticia (salvo cuando repostás a tope) es que con 81,5 litros el tanque permite autonomías correctas que pueden alcanzar los 850 kilómetros si vas con el pie ligero.

Su flamante caja automática de ocho velocidades tiene un rol importante, más que nada para bajar vueltas (a 130 gira a menos de 2.500 rpm) y hacerle bajar los consumos previamente mencionados. Su funcionamiento es correcto (antes tenía cinco marchas) y, aunque no tiene levas al volante, sí ofrece un modo secuencial desde la selectora.

Pero la magia pasa en otro lado. Ungido con el logo Trail Rated, el Rubicon es la bandera del off road. Internamente en la editorial, a la hora de hacer el boletín, la referencia en la escala para tener un 10 en “tracción” es justamente un Wrangler.

¿Por dónde arrancar? Esta variante tiene el sistema RockTrac 4WD, que en criollo es uno tradicional con bloqueo de alta (4H Auto permanente y 4H Part Time parcial) y baja (4:1 de relación). A eso se le suman varios chiches, como la última generación de ejes Dana (44 Heavy Duty), diferenciales con bloqueo electrónico ejes Tru-Lock (a través de un comando que destila guerra) y brutales neumáticos todoterreno de 33 pulgadas, que en ciudad son tremendamente rumorosos y van en detrimento de la frenada pero que fuera del camino proporcionan un grip y un empuje sensacionales.

Esta variante ofrece una articulación y recorrido total de la suspensión mejorada respecto a la generación anterior, con la ayuda de una barra estabilizadora desconectable electrónicamente. Allí nomás está la selectora de bloqueo que muy probablemente sea el resultado de innumerables focus groups con clientes que prefirieron esta variante “manual” a un comando como, por ejemplo, en las pick up medianas.

A eso se le suma protección para los bajos y ganchos, 44 grados de ángulo de entrada, 760 mm de capacidad de vadeo, 1.600 kg de remolque y una sección especial en el Uconnect para monitorear diferentes aspectos de la conducción off road como rolido, inclinación y ángulo de la dirección que, dicho sea de paso, me pareció imprecisa, lenta y algo acotada.

Con doble suspensión independiente, queda claro que su calibración está pensada para salirse del camino. On road es algo duro, pero no mucho más que una pick up mediana. Naturalmente no se siente cómodo en asfalto, pero no va a ser una experiencia negativa. Lo que sí será negativo es la distancia de frenado, que en nuestro caso fue extrema: casi 49 metros para el 100-0 que lo ubican, en composé con su color, en la zona roja de auto test.