Chevrolet Onix Premier 2025 Test Drive

Después de varios años en los que su presencia estuvo condicionada por las restricciones a la importación y el volumen disponible, el Chevrolet Onix vuelve a escena con intenciones de estar entre los más vendidos del segmento.

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No cambia la mecánica, pero sí suma retoques estéticos y una puesta al día clave en el interior para estar a la altura de rivales muy fuertes como Volkswagen Polo, Peugeot 208, Toyota Yaris y el más reciente Hyundai HB20. Así fueron nuestros días a bordo del Onix 2025 en versión Premier, tope de gama.

Si hay un lugar donde se nota rápido la evolución del Chevrolet Onix es en la trompa. La carrocería, en líneas generales, conserva el mismo planteo de siempre, pero el frente incorpora cambios puntuales que modernizan la imagen y corrigen algunas críticas del modelo anterior. 

En la versión Premier que manejamos en esta prueba aparecen nuevas ópticas con tecnología LED y abajo se suman faros antiniebla, una novedad en la línea 2025 ya que antes no estaban disponibles y eran un faltante que se mencionaba con frecuencia. También hay una parrilla de mayor tamaño, que aporta un aspecto más agresivo y musculoso.

El paquete de novedades se completa con nuevas llantas de aleación y, en la zona baja del paragolpes trasero, un pequeño difusor. Además, se mantiene la variante RS (ahora solo con caja automática) para quienes buscan una estética más deportiva y diferenciada dentro de la gama. 

En términos de tamaño, este Onix hatchback declara 4,17 metros de largo, 1,74 de ancho y 1,47 de alto, con una distancia entre ejes de 2,55 metros. El baúl ofrece 303 litros y debajo del piso hay un auxilio temporal: no es lo ideal, pero al menos está presente.

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Puertas adentro, la renovación es más evidente. La marca trabajó sobre la plancha, que cambia desde la mitad superior y propone una presentación más actual, con apliques de otro color y una textura en el sector central que aporta una sensación de mayor calidad general. 

Como suele suceder en el segmento, todavía aparecen algunos plásticos en la consola que podrían estar mejor resueltos, pero en líneas generales la terminación es buena para un producto Mercosur y el salto respecto del modelo anterior es notable.

El puesto de conducción se apoya en dos novedades fuertes. Por un lado, un tablero digital de 7 pulgadas que viene de serie a partir de la versión LTZ. Por otro, una central multimedia de 11 pulgadas integrada en el mismo conjunto, siguiendo una tendencia que hoy se replica en varias marcas. 

En esta actualización la pantalla crece respecto del Chevrolet Onix anterior, que contaba con una de 8 pulgadas (que sigue disponible en la versión de entrada de gama). En la Premier también aparecen detalles en color naranja en las salidas de aire, tapizados con combinación de azul y costuras naranjas y una posición de manejo muy buena gracias a la posibilidad de regular el volante en altura y profundidad y la butaca en altura.

Equipamiento y seguridad

Más allá de las pantallas, el equipamiento de confort de la versión Premier se mantiene con un listado correcto para el segmento. Está presente el sistema OnStar, la conexión Wi-Fi, climatizador automático, levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas, cargador inalámbrico, acceso y arranque sin llave y dos puertos USB delanteros (uno convencional y otro tipo C). Además, se sumaron puertos traseros para que los pasajeros también puedan cargar dispositivos, un detalle práctico que suma en el uso cotidiano.

A la hora de la seguridad, el nuevo Chevrolet Onix ofrece seis airbags de serie en toda la gama, además de los controles de tracción y estabilidad que exige la ley. En esta versión Premier se agrega la alerta de punto ciego en los espejos, un asistente muy útil en ruta y también en ciudad. Eso sí: en este nivel de equipamiento no aparecen otras asistencias como control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril o frenado autónomo, un punto que queda marcado porque varios rivales del segmento ya empezaron a ofrecer más ADAS, al menos en sus versiones tope de gama.

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Motor, prestaciones y consumos

Decía al principio que bajo el capot no hay sorpresas y en este caso eso es una buena noticia. El Onix mantiene el conocido 1.0 turbo de tres cilindros, con 116 caballos y 160 Nm de torque. En este caso viene asociado a una caja automática convencional de seis velocidades (la entrada de gama utiliza una manual de cinco) y el conjunto se siente muy apropiado para el uso urbano: tiene buena entrega en baja, responde con agilidad y permite una conducción agradable, con fuerza para moverse con soltura en cualquier ámbito.

Comportamiento dinámico

Respecto del desempeño dinámico, el Chevrolet Onix vuelve a sostener credenciales conocidas. La puesta a punto de la suspensión está pensada para la región y para bancarse caminos en mal estado, y eso se percibe en el confort de marcha general. 

Si bien en ciudad puede sentirse algo áspero, en líneas generales el balance es positivo y el comportamiento dinámico es muy bueno, algo que ya habíamos comprobado en el Master Test que realizamos allá por 2020. 

Conclusión

Con esta actualización, el Chevrolet Onix busca recuperar protagonismo en un segmento B que está al rojo vivo. Los cambios externos son acotados pero efectivos, con una trompa más moderna y el agregado de equipamiento como los faros antiniebla, mientras que el mayor salto aparece en el interior, con una arquitectura más actual y la “digitalización” de todo el conjunto. 

La mecánica se mantiene como uno de sus argumentos más sólidos: el 1.0 turbo de 116 CV con caja automática de seis marchas entrega muy buenas prestaciones y, además, muestra consumos muy contenidos, algo que siempre pesa en la decisión de compra. El equipamiento es correcto y la seguridad arranca con un buen piso gracias a los seis airbags de serie, aunque queda el debe de sumar más asistencias a la conducción para estar plenamente alineado con la tendencia del segmento.

En cuanto al precio, en noviembre de 2025 la versión Premier cuesta 36,2 millones de pesos. Con ese valor como referencia, el Onix se presenta como una alternativa muy interesante por equilibrio general: es ágil en ciudad, ofrece un nivel de tecnología interior que ahora está mucho más cerca de sus rivales y mantiene un comportamiento dinámico que sigue siendo una de sus fortalezas.