Un GTI con anabólicos: Volkswagen Golf R de séptima generación en Argentina
En esta oportunidad te mostramos una de las versiones del Volkswagen Golf que nunca tuvimos en nuestro país. ¿El mejor de los últimos años?
Pocos cuestionarán que el Volkswagen Golf GTI es una de las versiones más icónicas y buscadas del histórico modelo de la marca alemana, ya que caló hondo en aquellos amantes de los apodados “hatch picantes”. Sin embargo, con el tiempo apareció una variante que se posicionó por encima del GTI, llamada R, que pasó a ser la más potente y extrema de la gama Golf.
Si bien hubo una época en la cual Volkswagen Argentina amagó con traer esta explosiva versión del Golf, finalmente su arribo nunca se concretó y el público local tuvo que conformarse con la variante GTI que estuvo disponible en la sexta y séptima generación. Sin embargo, de esta última serie apareció por nuestras calles un “R” que fue capturado por la cuenta @chinocarspotter.
Por el lado estético, si afinamos la vista es bastante fácil distinguir a este Volkswagen Golf del resto de sus hermanos de gama. La versión R incorpora paragolpes más imponentes, una vistosas llantas de 19 pulgadas, alerón en el portón y una doble salida de escape en ambos lados del paragolpes, totalizando cuatro en total. De esta forma, podríamos decir que estamos ante un Golf GTI que tomó anabólicos.
No tenemos fotos del interior pero allí también había diferencias frente a otras versiones, más precisamente en las butacas deportivas para mejorar la sujeción lateral y también algunos detalles menores en la zona de la plancha de a bordo, aunque con la característica sobriedad alemana.
Pero lo más importante del Golf R ocurre bajo el capot. El motor es a esta altura un viejo conocido, hablamos del EA888 que utilizaron y utilizan varios modelos del Grupo Volkswagen, incluído el Golf actual. Para el R de esta generación la potencia declarada era de 300 CV, cifra que podía lograr gracias a una serie de ajustes y mejoras realizadas sobre este eficiente propulsor.
Otra diferencia con el GTI ocurría en la transmisión, no por la caja sino por la tracción, que hacía uso del sistema 4Motion comandado por un diferencial Haldex. Respecto de la caja, estaba disponible con una manual de sexta o la conocida DSG de doble embrague. Así las cosas, el Golf R aceleraba de cero a cien en 5,1 segundos, mientras que ese tiempo bajaba a 4,9 con la caja automática.
Vale mencionar que unos años más tarde de su lanzamiento el Volkswagen Golf R recibió en algunos mercados un incremento de potencia para desarrollar 310 CV y un torque de 400 Nm. Por su parte, otra mejora tenía que ver con la suspensión, que incorporaba tres modos de manejo diferentes que modificaban los parámetros de dureza de los resortes.