Opinión: la nueva Volkswagen Tiguan es más barata pero todos están enojadísimos
El flamante SUV de Volkswagen tiene un motor menos potente y aloja menos gente, pero a cambio te da muchísimo y a menor costo. ¿Por qué a los haters del teclado no les alcanza?
Apenas pasaron unas horas del lanzamiento del Volkswagen Tiguan y en nuestras redes están pidiendo la cabeza de quien configuró la gama de la nueva generación del -a esta altura- clásico SUV de la marca en el segmento C (después podemos discutir eso también, pero posicionar a Tera ya me drenó).
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Esta nueva Tiguan llegó con cambios significativos en su oferta, principalmente en lo que respecta a la motorización y a su configuración, dejando atrás el poderoso y benemérito 350 TSI (la última con 220 CV) que manejamos hace poquito en el GLI (qué misil, hermano) y despojándola de esa tercera fila de asientos que le daban un plus de versatilidad dentro de una gama que había quedado algo raleada a la espera de la nueva.
En mi opinión la nueva Tiguan es un bombazo. Se acerca a lo que es la Atlas (Teramont en México) en el mercado norteamericano, un vehículo que siempre me gustó y que los memoriosos recordarán que estuvo en el stand de Volkswagen en el extinto Salón de Buenos Aires y que, dicho sea de paso, es la nave insignia, junto a Tayron de siete asientos en los mercados globales.
Hete aquí entonces, la razón más pura y dura de por qué Tiguan perdió esa tercera fila de asientos: para no pisarse con los modelos más “arriba” que sí alojan dos pasajeros más pero que, lamentablemente, en Argentina no hay muchas intenciones de que vengan por lo menos a corto plazo con lo cual en esa anticanibalización, el que perdió es el cliente de nicho que quería siete asientos y Volkswagen, que no podrá satisfacer esa demanda. Quiero agregar, y esto lo aventuro yo, una consecuencia indirecta de la sobrepoblación de SUV que es lógica por las últimas tendencias de consumo.
El segundo talón de aquiles o falta flagrante que ejecutaron los de Wolfsburgo es el downgrade de motor. Sí, obvio que esto es más sensible y entiendo a quienes pusieron el grito en el cielo, pero inmediatamente quiero remitirme a los patentamientos que dicen que Taos, con ese mismo motor, es el segundo SUV más elegido por los argentinos detrás, apenas por mil unidades, del Corolla Cross. Pocas veces somos conscientes que los que amamos los autos y vivimos por y para ellos, a veces no somos los que los compramos y, sobre todo, hay gente que no los ve así y simplemente les sirve o les gusta o ambas y van y se lo compran. Lo mismo aplica para la pérdida de la 4Motion: ¿cuántos usuarios de Tiguan sacaban provecho de esto? Sí, ya sé, alguno me dirá “pero es más segura en situaciones puntuales” y mi respuesta será “la nueva Tiguan prácticamente se maneja sola”. No a lugar.
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Quiero repetir esta idea que a veces me cuesta visualizar: al cliente común mientras arranque y gaste poco (no excluyente) va a estar bien.
El último de los apartados que quiero tocar es el tema precio. La Tiguan anterior (la Life, única disponible), un vehículo que me encanta, costaba en septiembre 80 millones de pesos de lista. La nueva más moderna y mejor equipada, pero sin lo mencionado, cuesta 5 palos menos. Yo creo que, en pos del cambio, el resultado es positivo y hoy Tiguan puede ser mucho más competitiva, además, en un segmento de cinco asientos donde todavía siquiera sabemos si la Taos mexicana podrá estar a la altura de la performance de la nacional.