La pick up con base de Nissan Frontier y casi 430 CV que buscará competir contra Hilux y Ranger
Una marca regresa a la actividad con una camioneta de trabajo que será rival de las líderes del segmento mediano.
Santana Motors experimenta un resurgir de las cenizas al mejor estilo Ave Fénix, el ave de la mitología griega. Para hacerlo lo hará con la Santana 400, pick up que tendrá dos versiones y buscará competir contra Toyota Hilux y Ford Ranger, en España.
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Tras más de más de una década fuera de actividad, la tradicional compañía española volvió a poner en marcha su planta de Linares, donde ya se fabrican estas camionetas de trabajo que parten de la base de la Nissan Frontier.
¿Cómo son las pick ups rivales de Toyota Hilux y Ford Ranger?
El regreso a la actividad se efectiviza con la producción de las nuevas Santana 400D y 400 PHEV, modelos que toman como base la Nissan Frontier. Si bien no se destacan por una propuesta original desde el punto de vista conceptual, representan un paso clave para reactivar la industria local y devolver a Santana al mapa automotor.
La versión diésel, denominada Santana 400D, está equipada con un motor de 2.3 litros que entrega 190 caballos y un par máximo de hasta 500 Nm. Puede asociarse a una transmisión manual de seis velocidades o a una automática de ocho marchas. Según los datos oficiales, acelera de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 170 km/h. Además, ofrece una capacidad de remolque de hasta 3.200 kg y una carga útil de 815 kg.
Menos de 20.000 dólares: esta pick up china llega a la región para superar a la Hilux
En cuanto a la Santana 400 PHEV incorpora un sistema de propulsión híbrido enchufable formado por un motor de 1.5 litros, un motor eléctrico y una batería de 32 kWh. La potencia combinada alcanza los 427 CV y el torque llega a 800 Nm, acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, la misma velocidad máxima que la versión diésel. En modo eléctrico puede recorrer hasta 120 kilómetros, mientras que la autonomía total declarada es de 1.046 kilómetros.
Equipamiento
En su versión híbrida, en términos de equipamiento, esta pick up incluye tracción en las cuatro ruedas, estribos laterales, faros LED, techo solar y una fuente de alimentación de 6 kW. El interior ofrece un tablero digital de 10 pulgadas, una pantalla central de 14,6 pulgadas, asientos de cuero sintético con calefacción y ventilación, climatizador bizona, sistema de audio de seis bocinas y un cargador inalámbrico de 50 vatios.
Además, está dotada de asistencias a la conducción también es amplia, con control de crucero adaptativo, frenado automático de emergencia, asistencia en atascos, mantenimiento de carril y reconocimiento de señales de tráfico. Las versiones superiores suman detección de ángulo muerto, alertas y frenado por tráfico cruzado y asistencia para cambio de carril.
¿Cuánto cuestan?
En cuanto a precios, la Santana 400 PHEV parte desde 29.900 euros, mientras que la versión diésel alcanza los 44.700 euros, cifras que la posicionan de manera competitiva frente a modelos consolidados como la Ford Ranger, que en España arranca en 31.050 euros.
El relanzamiento de la pick up, Santana Motors anunció un acuerdo estratégico con el grupo chino BAIC, que permitirá ensamblar en España vehículos a partir de kits semidesmontados. La marca anticipó la llegada progresiva de una gama de todoterrenos de pasajeros entre 2026 y 2028, así como el desarrollo conjunto de futuros modelos con identidad propia, marcando un nuevo capítulo para una firma histórica que busca volver a tener protagonismo.
Historia de Santana Motors
Fundada en la década de 1950, Santana comenzó a producir vehículos bajo licencia de Land Rover en 1958. Aquellas unidades no solo abastecieron al mercado español, sino que también se exportaron a distintos países de Europa, África y Sudamérica. Con el paso de los años, la empresa aplió su actividad y, a partir de 1980, desarrolló modelos propios. En 1985 se asoció con Suzuki, lo que permitió la producción de vehículos como el SJ bajo la marca Santana.
Sin embargo, a mediados de los años 90 y comienzos de los 2000, la compañía atravesó una profunda crisis financiera. A pesar de varios intentos por sostener la operación, la situación derivó en la paralización definitiva de la producción en 2011. Desde entonces, el nombre Santana quedó prácticamente relegado al recuerdo, hasta este reciente regreso impulsado por la colaboración con fabricantes chinos.
