La joya del abuelo: mirá en qué estado se encuentra este sedán con casi 20 años
Hoy te mostramos un ejemplar del buque insignia de Ford que seguramente llamará la atención de varios. Mirá de qué se trata este sedán.
Hace 20 años Ford presentaba en nuestro mercado una actualización para el Mondeo, su histórico buque insignia que en 1994 llegaba para ocupar el lugar de otro modelo emblema, el Sierra. Esta actualización trajo consigo dos años más tarde la recordada versión ST TDCI, una suerte de ‘diésel sport’ y hoy encontramos una unidad que por su estado impactará a más de uno.
Este es otro hallazgo de la gente de @retrovintagephotos, que se refirieron al auto como “la joya del abuelo”. Al parecer es un Mondeo que fue muy bien cuidado a lo largo de los años y según dicen su odómetro apenas lleva recorridos 6.500 kilómetros. Las fotos, si bien no parecen actuales, muestran un estado de conservación único para un auto que hoy en día es una figurita difícil.
Cómo era el Ford Mondeo ST
Con la versión ST, Ford se diferenció de sus rivales y posicionó al Mondeo como un objeto de deseo que definitivamente entraba por los ojos. El diseño más musculoso gracias a los paragolpes específicos, los faldones laterales y un pequeño alerón sobre la tapa del baúl y las hermosas llantas de 18 pulgadas convertían al Ford Mondeo en el único sedán ‘tuneado’ del segmento. Pero ojo, no era un ‘tuneo’ de mal gusto, sino todo lo contrario.
Puertas adentro esa agresividad del exterior no se replicaba pero había detalles que indicaban que no estábamos a bordo de un Ford Mondeo común y corriente. Las butacas Recaro se llevaban todo el protagonismo pero también la predominancia de costuras y detalles en rojo contribuían con un look más especial.
Además, para esta generación (la tercera que conocimos en Argentina), el Mondeo abandonaba el estilo más norteamericano de los modelos anteriores para pasar a un diseño más alemán, algo que era más apreciable en la presentación interior y el diseño de la plancha.
Pero lo más interesante del Ford Mondeo ST, más allá de su look, era su motor. El naftero era un V6 con 226 CV, mientras que el diésel apelaba a un cuatro cilindros con 2,2 litros que desarrollaba 155 CV y un torque explosivo de 40,7 kgm. De esta forma era el sedán más potente del segmento D, superando a sus principales rivales: Peugeot 407 y Volkswagen Passat, con sus motores de 136 y 140 CV, respectivamente.
Además, gracias a una puesta a punto orientada a una conducción más deportiva, el Ford Mondeo ofrecía una experiencia de manejo diferente a la que podíamos encontrar en cualquier otra berlina del segmento. Su centro de gravedad más bajo, la respuesta de la dirección y las suspensiones más rígidas hacían que el sedán de Ford pudiera resolver todo tipo de curvas con un envidiable nivel de aplomo. Claro que en este sentido también influía la plataforma, compartida con el Jaguar X-Type de la época.
El nivel de equipamiento que ofrecía este Ford Mondeo ST era adecuado para lo que había en el segmento en esa época. Seis airbags, luces de xenón, apoyacabezas delanteros activos, controles de tracción y estabilidad, butacas Recaro calefaccionadas, equipo de audio Sony con conexiones MP3 y Bluetooth, climatizador, computadora de a bordo, techo solar eléctrico y asiento del conductor con regulación eléctrica como los ítems más destacados.
Así las cosas, me atrevo a decir que el Mondeo ST le quitó el sueño a más de uno con su look tipo DTM y por eso hoy, a casi 20 años de su lanzamiento, sigue robando miradas y llamando la atención.