Iso Rivolta: de electrodomésticos a motos y autos

A mediados de la década del 40’, el ingeniero italiano Renzo Rivolta, tenía un próspero negocio de producción de electrodomésticos que no hacía más que crecer en una nación itálica que se encontraba en pleno proceso de crecimiento luego de una Segunda Guerra Mundial que la había dejado en decadencia.

Sin embargo, como casi todos los emprendedores que conocimos en esta sección, Don Enzo tenía una pasión oculta: las motos y los autos. Es así como los años 50 lo encontraron produciendo sus primeros modelos de motocicletas. En 1953 dio el gran salto y decidió fundar la automotriz Iso Rivolta.

Su primer modelo fue el Isetta, un minicar con forma de huevo que al tener un eje trasero muy corto daba la sensación de ser un triciclo. El Isetta fue un éxito comercial, tal es así que se vendieron licencias para ser fabricado en diferentes partes del mundo (En Argentina sufrió un leve rediseño y fue vendido como De Carlo – Isetta).

Gracias a la fama lograda por el Isetta, Don Enzo pudo aspirar a completar su misión: fabricar vehículos deportivos. Fue entonces que en 1962 nació el Iso Rivolta 300. Con diseño de Giorgetto Giugiaro, el 300 era un gran turismo de lujo equipado por un motor V8 de origen Chevrolet.

Tres años más tarde hizo su aparición el Iso Grifo, rompiendo todos los moldes de diseño y logrando atraer a todo tipo de público. Al igual que su antecesor, estaba impulsado por motores de origen americano, primero Chevy y después Ford.

En 1966, Don Enzo murió de forma repentina dejando la compañía en manos de su hijo Piero Rivolta. El primogénito del ingeniero logró mantener la automotriz en funcionamiento e incluso produjo un nuevo modelo, el Iso Rivolta Fidia, que a fines de la década del 60’ fue coronado como el sedán más rápido de la época.

Lamentablemente, solo lograron venderse 1.700 unidades. El bajo nivel de ventas y la falta del alma principal de la compañía hicieron que para 1974 Iso Rivolta se declarara en quiebra.