Honda relanza dos de sus deportivos más icónicos
Honda, Pininfarina y JAS se pusieron manos a la obra para reeditar las NSX y Prelude, dos modelos históricos y que despiertan todo tipo de emociones. ¿Crees que respetan su esencia original?

Tanto oficial como extraoficialmente, Honda vuelve a mirar al pasado para proyectarse hacia el futuro con una jugada doble que hará que los fanaticos de paladar negro cuanto menos suspiren al enterarse de esta noticia.
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Por un lado, el regreso oficial del Prelude, ahora como una coupé híbrida más atemperada que marca el retorno de un nombre icónico después de 25 años. Por el otro, el relanzamiento del NSX en manos del preparador JAS Motorsport junto con Pininfarina, otro nombre de peso, que rescata el espíritu del superdeportivo japonés original con una edición ultralimitada hecha casi a mano. Dos caminos distintos, dos filosofías que confluyen en un mismo mensaje: revivir dos de los nombres más amados de Honda.
El nuevo Honda Prelude representa el regreso de un modelo que supo ser símbolo de innovación y diseño desde su aparición en 1978. Esta sexta generación busca adaptarse a los tiempos de electrificación sin perder su esencia de coupé para disfrutar al volante. Honda lo define como “el placer de conducir” llevado a una nueva era, combinando una estética limpia inspirada en los planeadores con la última evolución del sistema híbrido e:HEV de la marca que ultimamente viene extendiéndose en prácticamente toda su gama nivel global.
A nivel visual, el Prelude mantiene proporciones clásicas de deportivo —capó bajo, techo descendente y un remate con barra LED continua— pero con una ejecución más moderna y refinada y, a juicio de nuestra redacción, un poco menos agresiva que la noventosa. Continúa con pasarruedas inflados, llantas de aleación de 19 pulgadas y pinzas de freno Brembo azules con el logotipo Prelude como para dejar en claro de qué modelo se trata. Pero el diseño no va en detrimento de la funcionalidad ya que hay también trabajo aerodinámico real, con tomas integradas detrás de las ruedas delanteras y un difusor trasero que mejora la estabilidad y el agarre.

Y acá viene la parte en que algunos quizás miren de reojo. Debajo de la carrocería, el sistema e:HEV híbrido combina un motor naftero 2.0 de ciclo Atkinson con dos motores eléctricos y una batería de iones de litio. El resultado son 184 caballos y 315 Nm de torque, con una respuesta instantánea y una aceleración suave. La transmisión no tiene marchas tradicionales, pero Honda creó un modo especial llamado S+ Shift, que simula los cambios de una caja automática deportiva y hasta sus sonidos. Todo se controla desde las levas del volante y se acompaña con un cuentavueltas digital que se transforma según el modo de conducción elegido.
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La puesta a punto dinámica toma elementos del Civic Type R, lo que garantiza dirección precisa y chasis equilibrado. La suspensión adaptativa y el sistema Agile Handling Assist ayudan a mantener el control en curvas y mejoran la sensación de conexión con el auto. Además, el conductor puede elegir entre cuatro modos de manejo: Comfort, GT, Sport e Individual, para ajustar desde la dureza de la suspensión hasta la respuesta del acelerador, cortesía de la electrónica de estos tiempos.

Por dentro, el Prelude combina tecnología y sobriedad, un clásico japonés. El tablero horizontal y bajo mejora la visibilidad y el ambiente general es más limpio y funcional, el volante de base plana, con levas y comandos integrados, refuerza el carácter deportivo, mientras que los materiales transmiten calidad en cada detalle.
Si bien nos hubiera gustado algo más de deportividad, los asientos delanteros tienen diseño diferenciado: el del conductor ofrece soporte lateral más firme para conducción activa, y el del acompañante prioriza confort y acceso fácil. Atrás hay dos plazas reales, y el portón tipo hatchback facilita un baúl amplio y versátil, ideal para uso diario o escapadas aunque obviamente tomalo con pinzas porque no va a ser su misión principal.

En materia de conectividad y seguridad, el Prelude cumple con Apple CarPlay inalámbrico, Android Auto, una pantalla táctil de 9 pulgadas con interfaz simplificada, instrumental digital de 10,2 pulgadas y un equipo de sonido Bose de ocho parlantes. El paquete Honda SENSING de ADAS suma control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril, alerta de tráfico cruzado, mitigación de colisión y diez airbags, incluyendo laterales traseros y de rodilla delanteros.
Mientras tanto, al otro lado de esta “doble ofensiva” aparece el NSX, que no quiere ser menos, aunque desde una óptica completamente distinta. En este caso, el histórico superdeportivo japonés vuelve de la mano de JAS Motorsport, con diseño de Pininfarina y producción artesanal en Italia. A diferencia del Prelude, este proyecto no busca volumen ni eficiencia, sino exclusividad absoluta. Partiendo de unidades originales del NSX de los 90, JAS y Pininfarina desarrollan un restomod de lujo, con carrocería íntegramente en fibra de carbono, nuevas proporciones aerodinámicas y un habitáculo que respeta la arquitectura original, pero con materiales modernos y ergonomía mejorada.

Bajo el capó, el nuevo NSX mantiene un V6 aspirado inspirado en el motor original, rediseñado para ofrecer mayor potencia, torque y respuesta, asociado a una caja manual de seis marchas. Nada de híbridos ni automatismos: el enfoque es puramente analógico, pensado para los entusiastas que valoran la conexión directa entre auto y conductor. Según JAS Motorsport, que colabora en la producción, se trata de una reinterpretación del concepto de Grand Touring aplicado a un deportivo de motor central, pensado tanto para pista como para rutear. Cada ejemplar será fabricado a mano en el Atelier de Arluno, cerca de Milán, y estará disponible con volante a la izquierda o derecha, apuntando tanto al mercado europeo como al asiático. La primera unidad se mostrará al público durante el primer semestre de 2026.
