Transformó un Fiat 600 en lancha y navega por el Delta
El simpático modelo de Fiat tuvo una impensada transformación. Mirá de qué se trata.
Esta curiosa historia comienza con un emprendimiento de cabañas al borde del Delta, en la zona de Tigre. El protagonista se llama Oscar Pesante, que influenciado por su pasión por el Fiat 600, también conocido como “Fitito”, decidió colocar como punto de referencia de sus cabañas una unidad de ese modelo flotando en el río.
Claro que con la sudestada, los vientos y los cambios de clima aquel Fiat 600 comenzó a deteriorarse y fue ahí cuando con la ayuda de un amigo Oscar puso manos a la obra para construir con sus propios recursos lo que tal vez sea el único “Fitito” lancha de nuestro país.
Básicamente el desarrollo consistió en colocar la carrocería del 600 sobre un pequeño catamarán (calzó a la perfección) y luego Oscar buscó la manera de colocar un motor que funcionara. “Pudimos hacerlo flotar y hoy es una atracción, pasa todo el mundo y se saca fotos. No es un vehículo que se pueda usar para navegar, sólo para entretenimiento”, contó Oscar en diálogo con Telam.
Esta es una muestra de lo que genera el fanatismo y la pasión por los autos y cómo muchas veces algunas personas se las ingenienan para trasladar esa pasión a su vida cotidiana. Como no podía ser de otra forma, el emprendimiento de cabañas lleva el nombre de Cabañas el Fitito y está abierto todo el año. En su página de Instagram hay varias imágenes y videos de la principal atracción del lugar, el Fiat 600 Lancha.
Breve historia del Fiat 600
El querido “Fitito” comenzó su producción en nuestro país en 1960, cuando salía la primera unidad de la vieja planta de Caseros. Dos años más tarde el 600 trasladaba su producción a El Palomar, donde continuaría el resto de su trayectoria hasta su discontinuación definitiva.
Su principal atributo era su practicidad y agilidad en el tránsito urbano y gracias a sus acotadas dimensiones era un vehículo muy maniobrable. De a poco se convirtió en la opción por excelencia de quienes buscaban un auto de fácil mantenimiento, accesible y con un diseño “canchero”.
El Fiat 600 nunca tuvo motores que descollaran en potencia (los últimos erogaban unos 38 CV) y a lo largo de sus más de 20 años de vida no sufrió demasiados cambios estéticos (la modificación más importante fue la incorporación de puertas con apertura convencional, ya que los primeros utilizaban las llamadas “suicidas”).
A grandes rasgos el Fiat 600 siempre conservó esa esencia de auto económico, sencillo pero a la vez noble y con un diseño que incluso hoy sigue sacando sonrisas a su paso. Se calcula que se fabricaron unas 300.000 unidades en 22 años, ya que en 1982, con la conformación de Sevel Argentina, Fiat le ponía punto final a la historia del 600.