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El Golf que Volkswagen nunca se animó a fabricar: ¿por qué no llegó a producción?

Hace casi 30 años se presentaba una versión del Volkswagen Golf como parte de una jugada para participar en las competencias de Rally Mundial.

Con motivo de la realización del SEMA Show, la conocida exposición que tuvo lugar hace unos días en Estados Unidos, algunas marcas aprovecharon la ocasión para exhibir modelos que nunca llegaron a producción. Una de esas fue Volkswagen, que presentó en la muestra un inédito prototipo de su modelo estrella, el Golf.

Volkswagen Golf Rallye trompa

El auto en cuestión es un Golf MKIII (tercera generación) que fue desarrollado a principios del 90 como parte de una estrategia que evaluaba la participación de la marca alemana en las competencias del Rally Mundial. Si bien el proyecto quedó guardado y nunca más se habló de él, ahora sale a la luz para mostrar lo que pudo haber sido una versión del Golf para el WRC.

Con un código especial denominado A59, este Volkswagen Golf fue construído por la empresa Schmidt Motorsport (SMS), cuya sede se encuentra en Cadolzburg, Alemania. Como es sabido, para participar en el Campeonato Mundial de Rally de 1994 las regulaciones de la FIA exigían a los fabricantes producir una variante “de calle” del vehículo de carreras en una tirada de 2.500 unidades. Esos ejemplares también eran conocidos como “homologaciones especiales” y hubo varios casos a lo largo de la historia. El más reciente que se nos viene a la mente es el del Toyota GR Yaris.

Volkswagen Golf Rallye cola

Estéticamente, el Golf A59 se distinguía de cualquier otra versión gracias a un brutal body kit que estaba realizado en fibra de carbono. Los detalles incluían tomas de aire adicionales, paragolpes más agresivo, guardabarros ensanchados y un llamativo spoiler en el portón. Esencialmente este Golf fue un anticipo de lo que luego serían las versiones más extremas del modelo, que llegarían con la sigla R unos años más tarde.

Más allá de lo estético, lo más interesante de este Volkswagen Golf sucede bajo el capot. Ahí se encuentra un motor 2.0 turbo de cuatro cilindros que produce 275 CV y 370 Nm de torque, cifras que superaban ampliamente los estándares de aquellos años. Recordemos que en ese entonces el Golf más potente era el VR6, con el 2.8 de seis cilindros y “humildes” 190 CV.

Volkswagen Golf Rallye motor

Semejante nivel de potencia tenía que ser transmitido de manera eficiente hacia el piso. Por eso, el Golf A59 contaba con una caja manual de seis velocidades acoplada a un sistema de tracción integral con un diferencial trasero de deslizamiento limitado, sumado a uno central controlado hidráulicamente. No hay datos sobre aceleración, pero la velocidad máxima para este Golf es de 270 km/h, según Volkswagen.

Otra de las características era que para ahorrar peso, las ventanillas laterales y la luneta trasera eran de plástico. A su vez, en el interior Volkswagen instaló un par de butacas Recaro con refuerzos, volante de tres rayos con diseño exclusivo, un cuadro de instrumentos digital en reemplazo del clásico tablero de agujas, y por último la jaula de seguridad, ítem neurálgico en un vehículo pensado para competir en el Rally.

Volkswagen Golf Rallye trasera

Por su parte, el chasis cuenta con diferentes refuerzos y la suspensión incorpora amortiguadores Bilstein con un recorrido más largo y resortes reforzados. A su vez, para asegurar el máximo agarre las llantas de aleación de 16 pulgadas calzan neumáticos 225/45 con una pisada más ancha.

Lamentablemente para los fanáticos del modelo, el Golf MKIII “Rally” nunca tuvo luz verde para su producción ya que finalmente Volkswagen no entraría al WRC ese año. Todo indica que se construyeron dos prototipos de esta versión, aunque uno solo está en condiciones de ser utilizado como auto de exhibición.

Volkswagen Golf Rallye acción Volkswagen Golf Rallye frente