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Falleció Ferdinand Piëch, histórico dirigente de Volkswagen

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El domingo por la noche nos dejó Ferdinand Piëch, que falleció en un hospital bávaro a los 82 años de edad. Murió de forma repentina. Mientras cenaba con su mujer se derrumbó en un restaurante.

Ferdinand fue una de las figuras clave de la industria mundial del automóvil. Era el nieto del mismísimo Ferdinand Porsche y a él se le atribuye la impresionante expansión global del Grupo Volkswagen.

Su carrera profesional comenzó nada más ni nada menos que en Porsche, a fin de los años 60. Ejerció como ingeniero de desarrollo hasta que asumió labores de alta dirección décadas después. Siempre estuvo en contacto con el producto y podríamos decir que era un auténtico petrolhead.

En 1968 fue el encargado de liderar el proyecto de desarrollo del Porsche 917, que bien podría haber acabado con Porsche en la ruina. Invirtió dos tercios del presupuesto de desarrollo de la marca para construir 25 coches de competición con un radical diseño de motor turboalimentado refrigerado por aire.

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Aunque aquella decisión estuvo muy discutida por miembros de la familia Porsche la apuesta fue realmente exitosa y el 917 se convirtió en uno de los coches de carrera más exitosos de la historia. Como jefe de desarrollo de Audi cimentó su reputación como directivo rompedor y polémico. Espoleaba la competencia interna dentro de la propia marca y ocultaba información a sus ingenieros para que no pudieran ser fichados por otro fabricante con secretos clave. Luego, ascendió a otra marca alemana, Audi. Aquí fue imparable y en 1993 pasó a dirigir el gigantesco Grupo Volkswagen, convirtiéndolo en un consorcio automovilístico líder.

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Un punto culmine en la carrera de Ferdinand fue su decisión de crear una técnica de construcción modular en el seno del Grupo Volkswagen. Esto permitió que ya en los años noventa, SEAT, Audi, Volkswagen y Skoda compartiesen hasta un 65% de las piezas, con un importante ahorro de costes. De Piëch fue la decisión de adquirir marcas como Lamborghini, Bentley o Bugatti. El proyecto del Bugatti Veyron fue uno de sus proyectos estrella, un pozo de dinero sin fondo cuyo único objetivo era crear el mejor coche del mundo: un sueño húmedo para cualquier ingeniero.

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En 2015 Piëch dmitió, y abandonó el Consejo de Administración del Grupo Volkswagen, tras un duro enfrentamiento con Martin Winterkorn a causa del escándalo del Dieselgate. Nunca se supo hasta qué punto estuvo involucrado en el escándalo de las emisiones, pero desde 2015 el austriaco se limitó a realizar labores de asesoramiento para el grupo. Su salida marcó el final del clan familiar Porsche-Piëch en la gestión activa del Grupo Volkswagen, cuyo estilo de liderazgo ha cambiado para siempre desde el infame Dieselgate.

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