¿Cuánto gasta el Jeep Renegade con motor 1.3 turbo?
Analizamos el consumo del SUV compacto más vendido de Argentina. ¿De cuánto es el ahorro frente al 1.8 aspirado?
Durante noviembre, el Jeep Renegade fue el SUV más vendido del segmento B, con 842 unidades patentadas según cifras de ACARA. A pesar de las restricciones a la importación, el modelo de Stellantis fabricado en Brasil viene escalando posiciones mes a mes y todo indica que finalizará 2022 como uno de los más exitosos de su nicho.
Por eso nos pareció buena idea realizar este informe sobre el consumo del Jeep Renegade en todos los ámbitos de utilización, desde un uso en ruta hasta quizás el lugar donde será más utilizado que es la ciudad.
Recordemos que este año el SUV se renovó con una actualización estética sutil pero que trajo consigo mejoras a nivel mecánico, con la incorporación del motor 1.3 turbo de 175 CV, que toma el lugar del anterior 2.0 turbodiésel para la versión 4×4 y también del veterano 1.8 de 130 CV en el caso de la variante full 4×2 denominada Longitude. Sin embargo, el motor aspirado se mantuvo en la oferta para el nivel más accesible llamado Sport.
Así las cosas, además de las cifras vamos a hacer un breve comparativo con los valores de consumo arrojados por el motor 1.8 aspirado. Spoiler alert: las cifras arrojaron una clara ventaja del motor más pequeño en las mediciones a velocidad constante, aunque en ciudad los valores quedaron prácticamente similares. Algo quizás lógico teniendo en cuenta el elevado peso de este modelo, con más de 1.600 kg declarados.
Pero vamos a las cifras. A 100 km/h, el Jeep Renegade 1.3 turbo gasta 5,8 litros cada cien kilómetros, con una autonomía de 1.034 kilómetros gracias a un tanque de 60 litros de capacidad. A la misma velocidad, el 1.8 nos había rendido 7,4 litros.
Por su parte, cuando aumentamos la velocidad a 130 km/h, los consumos lógicamente se disparan en ambos motores, pero nuevamente queda evidenciada la eficiencia del “downsizing”. Así las cosas, el “uno tres” consume 6,7 litros, mientras que el impulsor más potente con aspiración normal necesita 9 litros y medio.
Por último, las cifras en ciudad, que como mencionamos más arriba fueron bastante parejas. En la urbe el consumo del motor turbo nos dió unos 12,3 litros, un valor más elevado del que nos hubiese gustado. Mientras tanto, el 1.8 en ciudad rinde unos 12,6 litros, con lo cual la diferencia es mínima.
Así las cosas, como vemos el nuevo motor mejora prácticamente todos los registros, aunque si la comparación la hacemos frente al anterior 2.0 turbodiésel de 170 CV que ya no se ofrece, la ventaja sólo queda para los consumos en ruta a velocidad constante, ya que en ciudad lógicamente el tipo de combustible y su respuesta en baja gracias al mayor torque le otorgaban al bloque turbodiésel mejores cifras.