Visitamos el cementerio donde descansa Ayrton Senna en San Pablo
Tantas veces visité San Pablo gracias a este trabajo y nunca había tenido la posibilidad de pasear, al menos dos días, por una de las magalópolis más grandes del mundo.
Pero el año pasado, tras las presentación a la prensa regional del Chevrolet Spin, decidí quedarme unos días más para pasar un fin de semana allí. Poco tiempo para semejante ciudad, pero ya tenía decidido a dónde quería ir. Y uno de esos lugares era el Cementerio Morumbi.
Allí descansan los restos de uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, sino el mejor. Claro, en un deporte donde la tecnología cada vez le gana al piloto quizás suene injusto, pero nadie se escandalizará ante esa apreciación.
No soy muy amigo de las visitas a cementerios, ni siquiera cuando soy turista, pero este sí quería conocerlo. Se encuentra en el distrito Morumbi, y es un jardín de paz inmenso, el primero de sus características en América del Sur (se inauguró en 1968).
Ni bien se cruza la entrada ya se observa el árbol que fue plantado el día de su funeral. Los que cuidan el lugar dicen que el único rincón que siempre tiene flores frescas es el de Senna, y es así.
Al acercarme observé distintas rosas y un recorte periodístico que alguien había llevado hacía muy poco. Era ni más ni menos que la crónica de su primer Gran Premio ganado, el de Portugal en 1985.
«El coraje de Senna fue el que le permitió conocer rápidamente cómo manejarse dentro de la Fórmula Uno«, dice el artículo y sigue: «Que tenía el talento quedó en claro la vez que fue invitado como joven promesa, a unirse a la carrera de campeones del pasado y presente en la Mercedes 190s en la apertura del nuevo circuito de Nürburgring en 1984«.
«Con calma y habilidad se encogió de hombros ante el desafío de una veintena de hombres que fueron los mejores pilotos de Grandes Premios. Aquellos que lo vieron ganar en ese frío día en las montañas Eifel estaban convencidos de que era natural, pero ¿podría manejar las mil y una presiones más, políticas y psicológicas además de físicas, que deben cumplirse en la Fórmula 1?»
Por Lucas Amestoy.
Nació en 1981 y es periodista deportivo egresado de DeporTEA, en 2001. Su primer auto fue un Fiat 125 modelo 80 (la versión de faros simples). Fue feliz usuario también de Renault 12, 11 y Clio, además de Chevrolet Meriva DTi y Fiat Idea, entre otros tantos. Desde marzo de 2004, fecha en que ingresó en Motorpress Argentina, se dedica de lleno al mundo de los motores.
En Motorpress Argentina arrancó produciendo contenidos para los canales “Autos” y “TC 2000” del portal Terra Argentina y luego ocupó diferentes cargos en todas las publicaciones especializadas de la editorial: Auto Test, Auto Plus, La Moto, Transporte Mundial y Maxi Tuning.
En 2007 y 2008 fue Juez de Nuevos Productos en el SEMA de Las Vegas (EE.UU.). Y luego también colaboró en otras revistas del sector. Además, fue editor de diversas colecciones de autos y motos a escala que realizó para Random Penguin House.
Desde comienzos de 2018 es responsable editorial de los medios digitales de Motorpress Argentina.