El conocido mediano de la marca de los anillos sumó una variante que en Argentina ¿podría andar bien? Se trata del A3 Sportback 30 g-tron, que puede usar de combustible tanto gas natural como biometano almacenado en tubos.

Quien recibe el combustible alternativo es un 1.5 TFSI que desarrolla 130 CV y genera 200 Nm de torque entre 1.400 y 4.000 RPM. Se trata de un impulsor de tipo Miller que fue diseñado para trabajar con carga parcial y generando “tremendos beneficios de consumo”.

Audi trabajó en la tapa, el sistema de inyección y el turbo para adecuarlos al gas. Antes de que este llegue a los inyectores, un regulador electrónico reduce la presión de 200 a un rango de entre 5 y 9 bar.

Los tubos están ubicados en la zona trasera del A3. Uno esta ubicado delante del tanque de combustible y dos más se ubican debajo del baúl. Están fabricados en fibra de carbono y de vidrio “para mantener los estándares de peso”, acusando 26 kilos en la balanza.

El cuatro cilindros arranca siempre en modo gas, y puede llegar a inyectar combustible bajo ciertas condiciones poco probables: si la presión en el tanque baja, cambia a nafta en una maniobra imperceptible para el conductor.

En términos de prestaciones el, 1.5 a gas llega a los 100 km/h en 9,7 segundos y alcanza una velocidad máxima -declarada- de 211 km/h. A la hora de hablar de los consumos, gasta 3,5 kilos de gas cada 100 kilómetros con una autonomía (con los tanques llenos) de 445 kilómetros.

El A3 g-tron, que emite un 20% menos de CO2, comenzará a venderse en las próximas semanas en Europa a un precio de 30.705 euros, algo así como 2.736.000 pesos. ¿Te lo imaginás en nuestro país?