¡El Fiat 128 nacional cumple 50 años!
Recordamos al exitoso Fiat 128 con un repaso por su historia y la experiencia al volante del Colorado Figueras.
Sin duda, la aparición del Fiat 128 en nuestro mercado (1971) fue una revolución dentro del segmento de los medianos chicos. Poco tiempo después de que la primera unidad saliera de la línea de montaje en Italia, el modelo se presentó en Argentina de la mano de Fiat Concord.
Se trataba de un sedán de medidas compactas con una habitabilidad inusual en su clase debido a la ubicación del motor –transversal y tracción delantera- que permitía ganar espacio interior y disponer un baúl de buena capacidad ya que la rueda de auxilio estaba alojada en el vano motor.
En síntesis, era un tres volúmenes de medidas externas reducidas pero que permitía que en su interior se ubicaran sin grandes sacrificios cuatro personas. Estas características lo transformaron de inmediato en un auto exitoso que en su primera versión se ofrecía con un motor de 1.100 cm3 de cuatro cilindros y un árbol a la cabeza que entregaba una potencia de 55 CV y aceleraba de 0 a 100 km/h en menos de 18 segundos, valor que en su momento era más que lógico aunque hoy parezca ridículo pero hay que tener en cuenta que un Peugeot 504 1.6 con 87 CV necesitaba 15,2 segundos para llegar a esa velocidad.
Con el paso del tiempo se agregaron motorizaciones de 1.3 litros de 60 CV y los bautizados como IAVA (Industria Argentina de Vehículos de Avanzada creada por Fiat) que llegaban a los 80 caballos superando los 160 km/h y acelerando en menos de 12 segundos a 100 km/h pero que elevaba el consumo a 11 litros para centenar de kilómetros. Hasta existieron algunas pocas versiones comercializadas con 100 caballos; una de ellas que pasó por mis manos en su momento y bajaba los 10 segundos. El problema era que en el tránsito urbano la aguja de la temperatura subía de manera alarmante.
A nivel estético sufrió modificaciones a través de los años transformándose en 128 Europa (con un frente modificado y un interior actualizado) y más tarde en Fiat 128 Super Europa, probablemente el restyling que menos lo favoreció ya que perdió la armonía de líneas del producto original. También hubo una rural familiar motorizada con el 1,3 litros.
En general, el Fiat 128 más allá de las versiones se destacaba por un buen confort de marcha, terminación adecuada respecto a sus rivales y consumo contenido en ciudad si no se exageraba con el pie derecho. Por el lado de las contras el sistema de dirección sin asistencia obligaba a cierto esfuerzo para estacionar debido a su volante pequeño (128 Europa), una notoria tendencia a subvirar y un cable embrague con tendencia acortarse, algo que viví en carne propia en uno de los dos modelos que tuve para uso particular.
Al volante del Fiat 128
Mi experiencia al manejo de los 128 incluye una participación deportiva en las 26 Horas de APAT en 1972 junto al amigo Germán Sopeña, una prueba de endurance que se corría en el autódromo porteño, como pilotos “oficiales” de Fiat Maldonado, concesionaria de la que era propietario Leo Rosati que nos puso a todo a disposición antes y durante la carrera. Abreviando, no pusimos un mango. Tras algunos inconvenientes (rompimos el parabrisas y nos pusieron bandera negra) tuvimos que detenernos en boxes y “Catorcito” Grossi que había abandonado nos ofreció el suyo. Igual, no nos fue tan mal…terminamos sextos en nuestra categoría.
Como tema anecdótico, el 128 fue un auto “odiado” y criticado ferozmente por los mecánicos de barrio. ¿Por qué? el escaso espacio en el vano motor que estaba ubicado en forma transversal obligaba a tener un herramental específico para acceder a ciertos elementos y del que “Cacho, el de la vuelta de casa”, no disponía. Con el tiempo y ante la avalancha de 128 que circulaban se vieron obligados actualizarse aunque a regañadientes.
Como comentaba al comienzo de estas líneas, el Fiat 128 marcó un hito dentro de la industria nacional y sobrevivió hasta 1991 fabricado por Sevel. No solo fue un auto al alcance de gente joven sino que fue adoptado como auto familiar debido a su habitabilidad, bajo consumo y correctas prestaciones. Aún hoy se los ve circulando por las calles y rutas del país, algunos pocos en excelente estado y otros que a simple vista manifiestan una absoluta falta de mantenimiento y el paso de los años pero que precisamente son un ejemplo de la nobleza del siempre recordado Fiat 128.
En abril de 1966 ingresó a Editorial Abril como integrante del equipo periodístico de Corsa, revista especializada en el automovilismo deportivo. Dieciocho años más tarde pasó a ser editor de la revista Parabrisas en su relanzamiento hasta que en 1990 se retira y se transforma en uno de los fundadores de la revista Auto Test. Falleció el 4 de mayo de 2022, dejando un legado imborrable en la industria automotriz.
Cumplió más de 50 años de actividad en el periodismo especializado a lo que suma una breve carrera deportiva al volante de distintas marcas en la categoría Turismo además de haber recorrido cientos de miles de kilómetros por caminos de Argentina.