Del más caro al más barato: los autos de seguridad más impactantes de la F1
Los autos de seguridad no pasaron desapercibidos a lo largo de la historia de la F1. A continuación, los más destacados.
Desde improvisados deportivos prestados hasta máquinas de altísima performance, la F1 se caracterizó por tener autos de seguridad que compartieron protagonismo con los monoplazas.
A continuación, repasamos en AutoTest algunos de los modelos más memorables que marcaron la historia de los Grandes Premios y analizamos cómo se transformaron en objetos de colección con valores sorprendentes.
¿Qué autos de seguridad sobresalieron en los años 70 de la F1?
El primer auto de seguridad apareció en 1973, durante el caótico Gran Premio de Canadá. Fue un Porsche 914/6 GT, un pequeño deportivo Targa con motor central. Su debut fue accidentado: Tomó al auto equivocado y desordenó la clasificación.
A pesar de su hecho, este auto de la marca alemana sentó un precedente. En su momento costaba unos 11.955 marcos alemanes (aproximadamente 6.000 euros). En la actualidad, mientras un 914 estándar puede encontrarse por unos 20.000 a 30.000 euros, las versiones más potentes y raras alcanzan los 100.000 euros en el mercado de clásicos.
Tres años más tarde, en Mónaco 1976, el turno fue para el Porsche 911 Turbo, conocido como “widowmaker” por su temperamental comportamiento. Con 260 caballos de fuerza, era uno de los deportivos más rápidos de su época. En su día rondaba los 25.000 dólares en Estados Unidos, pero en la actualidad un ejemplar bien conservado supera fácilmente los 150.000 euros
Los autos de seguridad de la F1 de los 80 y 90
El glamour de Monte Carlo llevó a que entre 1981 y 1983 se utilizara un Lamborghini Countach como coche de seguridad. Su diseño radical y su motor V12 lo convirtieron en uno de los más recordados. Actualmente, con menos de 2.000 unidades fabricadas, un Countach se cotiza entre 545.000 y 725.000 euros, reflejando su estatus de superdeportivo icónico.
En los 90, la variedad fue extrema. En Brasil 1993 apareció un modesto Fiat Tempra 16V, que tras la victoria de Ayrton Senna se convirtió en símbolo nacional. El ejemplar original fue restaurado y rechazado incluso por ofertas de 60.000 dólares, un valor inusual para un sedán familiar de esa época.
Ese mismo año, en Silverstone, un Ford Escort RS Cosworth lideró la carrera. Con 227 caballos y pedigree de rally, este hatchback se transformó en pieza de culto. Tanto es así que en 2024 un ejemplar en perfecto estado alcanzó los 243.487 euros en una subasta, récord absoluto para este modelo.
También hubo lugar para la extravagancia italiana con el Lamborghini Diablo –modelo que hace poco cumplió 35 años de fabricación- en Canadá 1995, un V12 de más de 500 CV que, paradójicamente, casi no rodó en pista porque no hubo incidentes. Hoy, un Diablo se valora entre 250.000 y 400.000 euros, según la versión. Ese mismo año, en Spa-Francorchamps, un Porsche 911 GT2 de homologación sorprendió al liderar a los monoplazas. Solo se fabricaron 57 unidades y en 2016 un ejemplar alcanzó los 2,17 millones de euros en subasta, confirmando su estatus como una de las joyas más raras y valiosas de Porsche.
El auto de seguridad más querido por los argentinos: ¿Cómo era?
En los años ’90, durante apenas cuatro temporadas, la F1 regresó a la Argentina con el Autódromo de Buenos Aires como escenario. En 1996, el Renault Clio Williams fue el auto elegido para liderar a los monoplazas como coche de seguridad oficial. Esta unidad única, homologada por la FIA, tuvo incluso su momento de protagonismo frente a figuras como Damon Hill, Michael Schumacher y Jean Alesi.
El último registro sobre este vehículo, patentado en 1995, estuvo a la venta en una agencia de Puerto Madero con un precio de 50.000 dólares. Además, se trata de un ejemplar especial porque es uno de los Clio Williams más importantes conservados en el país.
Entre 1993 y 1996 se fabricaron 3.800 unidades de este modelo, equipado con un motor 2.0 de 150 caballos de potencia. Era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 215 km/h.
Los actuales autos de seguridad de la F1
En 1996 comenzó una nueva etapa: Mercedes-Benz firmó con la FIA para suministrar de manera oficial los coches de seguridad. Desde el C36 AMG hasta el espectacular SLS AMG con puertas alas de gaviota, los modelos de la marca alemana se mantuvieron en este rol durante más de dos décadas.
El SLS, utilizado entre 2010 y 2014, destacaba con su V8 de 571 CV y un precio de lanzamiento de unos 200.000 euros. Hoy, las ediciones Black Series se cotizan incluso por encima de su valor original.
Tras 25 años de exclusividad, Aston Martin rompió la hegemonía en 2021 al introducir un Vantage preparado para la F1. Con un V8 biturbo de 528 caballos, se convirtió en la alternativa británica a los AMG. Su precio ronda los 150.000 euros y, con su característico verde British Racing, devolvió la diversidad estética y tecnológica al rol de coche de seguridad. En paralelo, Mercedes continúa aportando sus potentes AMG GT Black Series, configurando así la dupla más rápida en la historia de la categoría.