¿Qué pick up argentina derivó de este prototipo?
Se presentó en el Salón de Detroit de 2001 y marcó el punto de partida de lo que hoy es una pick up mediana fabricada en nuestro país. ¿La reconoces?

Hace casi 20 años Nissan anunciaba con bombos y platillos su ingreso al segmento de pick ups full size. Lo hizo con el concept alphaT y bajo el lema de que sería “V8 y producida en los Estados Unidos”.
Además de plantar las bases de lo que sería la Titan, Carlos Ghosn anticipaba: “rompe los esquemas de diseño del diseño de pick up modernas”.
El comunicado de prensa se jactaba de que el aT no era un auto con caja “como viene siendo la tendencia”, sino que los diseñadores buscaron algo poderoso e industrial inspirado en “herramientas sofisticadas” y otros diseños del rubro.
“Queríamos un look auténtico, de trabajo pesado. Algo grande, poderoso, agresivo y al límite”. A ese boceto le sumaron la “vieja” parrilla de Nissan, puertas suicida, techo íntegro de vidrio y portón eléctrico. Todo apoyado en llantas de ¡22,5! pulgadas.
En el interior la idea fue imitar un cinturón para herramientas: “un lugar para todo y con todo en su lugar”. Por eso el interior era tan imaginativo y robusto como el exterior. Por su lado la caja, “similar a una navaja suiza por todos los usos que tiene”.
La Frontier como la conocimos llegó globalmente en 1997 (tuvo varios nombres como mercados) y unos años después (en 2002 fue el primer vehículo de Nissan en ser producido en una fábrica de Renault) heredó, entre otras cosas de diseño, la famosa parrilla que tiempo después vimos en X-Trail y otros modelos.
Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.
Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».