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De Toyota, pero de Volkswagen: la pick up más especial que quedó en el olvido

Una pick up de Toyota fue, en realidad, de Volkswagen. Ese es el resumen de un modelo muy particular, cuya historia sigue sorprendiendo al público, al igual que su nombre.

Toyota y Volkswagen, dos gigantes automotrices, unieron fuerzas a finales de los ‘80 con un claro objetivo: conquistar el mercado de las pick ups medianas en Europa. Aunque la Hilux y Amarok son referentes y modelos diferentes, cuentan con una historia compartida que es menos conocida. 

Taro y la historia de la pick up de Toyota que perteneció a Volkswagen

En esta colaboración nació una camioneta que, a pesar de su pedigree, pasó desapercibida y terminó olvidada por muchos: la Volkswagen Taro. En pocas palabras, se puede decir que se trata de una Hilux, pero no de Toyota, sino de la marca alemana. Igualmente, vale la pena repasar su historia y por qué no pudo ser.

El origen de Taro, la pick up de Toyota con emblema Volkswagen

La alianza entre Toyota y Volkswagen dio lugar en 1989 a la creación de la Taro. Sin embargo, lo que la hacía especial no radicaba en el hecho de ser nuevo o innovador, sino en tratarse nada menos que de una Hilux de quinta generación, pero ensamblada por la firma de Wolfsburgo en su planta de Hannover, Alemania, con algunos pequeños cambios estéticos, pero manteniendo la esencia de la pick up japonesa.

Había una interesante estrategia detrás de este movimiento: Volkswagen buscaba introducirse en el segmento de las camionetas medianas, donde no tenía un representante sólido en Europa. En cambio, Toyota quería expandir su presencia en un mercado donde su Hilux no gozaba del mismo éxito que en otras regiones.

Taro la pick up previa a la Volkswagen Amarok

Así, la Taro salió al mercado con una orientación netamente laboral. La primera versión disponía de un motor turbodiésel de 2.4 litros de origen Toyota, de 83 CV y 165 Nm de torque y con una capacidad de carga de 1125 kg. 

Cabe mencionar que esta camioneta era en su configuración inicial de cabina simple, tracción 4×2 y con un equipamiento muy austero. Así, se convertía en una herramienta de trabajo más que en un vehículo de uso personal. También en una opción más que destacada para aquel entonces.

Pick up de Volkswagen y Toyota

Cómo eran las variantes más sosticadas y qué sucedió después

En 1994, la compañía de Alemania comenzó a importar desde Japón variantes más sofisticadas de esta pick up, con cabina doble o extendida, tracción 4×4 y una capacidad de carga de 815 kg. También se ofrecía con motores menos potentes, como un 2.4 litros de 79 CV. Luego se agregaron opciones nafteras, como un 1.8 de 83 CV y un 2.2 de 94, todos alimentados por carburador y asociados a una caja manual de cinco velocidades.

Más allá de las alternativas, uno de los detalles más curiosos de la Volkswagen Taro era su nombre. Se trata de un sufijo japonés que se emplea para referirse al hijo mayor o primogénito, lo cual resultaba extraño. Junto con el hecho de que era básicamente una Hilux con otro logo, el modelo se terminó concibiendo como una rareza dentro de la oferta.

Interior de la pick up

A pesar de su construcción robusta y su fiabilidad, la pick up no logró cumplir con las expectativas de ventas que ambas compañías habían proyectado. En 1997, la asociación entre Toyota y Volkswagen llegó a su fin, y con ella, la producción de la Taro fue discontinuada. Pudo ser olvidado con los años, pero, sin dudas, no fue un modelo ni una historia más.