(VIDEO) ¿¡Qué le hizo!? Venden un ¿Bugatti?
Alguien tuvo dos ideas, una de ellas muy mala: convertir su Civic 93 en un Bugatti Veyron. La segunda fue ponerlo en venta a casi 5.000 dólares, ¿lo vale?

Cada uno hace lo que siente, pero a veces las cosas se nos van de las manos: un ciudadano de Florida, Estados Unidos, compró un Civic 93 con 100.000 kilómetros y empezó a meterle mano: 2.130 dólares en turbo, blow off, intercooler, mangueras y filtro de aire, entre otros.
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Hasta ahí todo bien, pero lo imperdonable vino después cuando compró por 4.500 dólares un kit de fibra de vidrio para convertirlo en un Bugatti Veyron. A eso sumale 1.300 de pintura y otros 700 de los separadores de las llantas. El resultado es un Civic con aires Bugatti que por su forma y color llama la atención.
Pero adentro también hay sorpresas, porque invirtió 1.600 dólares en equipo de audio, un tablero personalizado digital, un volante que no pega ni con cola y hasta las contrapuertas con un equipo de parlantes. El remate homenajea las cuatro ópticas del Veyron de manera muy peculiar.
El hombre dice que no está “ni apurado ni desesperado” en venderlo, pero que sabe que cualquiera que lo compre va a disfrutar de un auto al que “la gente para en los semáforos, pide sacarse fotos y hasta preguntan de qué año es el Bugatti”.
La mala noticia para nosotros es que según el aviso solamente realizará envíos dentro de Estados Unidos, pero si te interesa podemos mandarle un mensaje para ver si hace una excepción con nuestro país.
Periodista, egresado de DeporTEA en 2007. Ese mismo año ingresó a Motorpress Argentina para escribir en la web Auto Plus Digital y en 2009 pasó a escribir y probar autos para la edición impresa. Desde 2018 redacta y prueba para auto test web y papel y representa al medio en salones internacionales, eventos y lanzamientos de la industria automotriz a nivel nacional y regional.
Fanático del WRC, fue bastante ciclotímico con sus autos: primero tuvo un Suzuki Swift GTI, pasó por un Citroen Saxo, volvióa las siglas prometidas en un Seat Ibiza GTi y recaló en dos Peugeot 206 (uno francés y otro nacional) hasta que pudo cumplir el sueño de su vida de tener un Subaru Impreza turbo «azul con llantas doradas, como tiene que ser un Impreza».