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Tropezamos con la misma piedra

Argentina es una calesita. Da vueltas y vueltas y siempre está en el mismo lugar. Cuando se detiene, los distintos gobiernos vuelven a repetir los mismos errores históricos.

Recuerdo que durante el gobierno de Carlos Menen con Domingo Cavallo como ministro de Economía, se implementó la paridad dólar/peso. Un peso, un dólar. Me encontraba en Mónaco, por una presentación de un nuevo modelo del Grupo Fiat, tomando un café en una terraza con vista al Casino y al Hotel de París, al pedir la cuenta, ante mi asombro, pagué menos que por un café en “La Biela” de Recoleta. En ese momento terminé de tomar consciencia que algo estábamos haciendo mal en Argentina.

Ahora, en mayo de 2020, los autos que se comercializan en el mercado han pasado de ser los más caros a nivel global, a los más baratos respecto a Estados Unidos y Europa. Todo es cuestión de tener ahorrados dólares billete que se cotiza a 125 pesos por unidad contra los 70 pesos del “oficial”. Por lo tanto quien disponga de ahorros en esa moneda congelada en cajas de seguridad o bajo el colchón se encuentra ante la posibilidad de comprar un vehículo con muchos menos dólares que hace apenas unos meses. Nunca, en las últimas tres décadas, se pudo comprar un auto por menos de 6.000 dólares. Hoy es una realidad.

Paso a algunos ejemplos en el segmento de pick ups. Una Toyota Hilux con un valor de 1.800.00 pesos equivalen a 26.200 dólares oficiales y a 14.400 blue… casi 12.000 dólares de diferencia. Lo mismo sucede con una Volkswagen Amarok con un precio de lista de casi 2 millones de pesos o 28.800 dólares. Pero si el comprador dispone de billetes “físicos” cerrará la operación con poco menos de 16.000 dólares. Lo mismo sucede con modelos de autos del segmento B que están entre 5.000 y 6.000 dólares.

Algo sigue andando mal en Argentina, más allá de la ideología de sus gobernantes.

Carlos F. Figueras