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Trapitos y limpiavidrios: dale que va

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¿No era que estaban prohibidos los limpiavidrios y los “trapitos” en toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? Bueno, por si las autoridades no lo saben o no los vieron, siguen existiendo y gozan de total impunidad. Solamente en una ocasión fui testigo de un Policía de la Ciudad montado en un cuatriciclo, que en la esquina de las avenidas Alem y Córdoba actuó de manera correcta y desalojó a los que avanzaban agresivamente hacia los autos detenidos en el semáforo: “En un rato paso y no los quiero volver a ver acá”. Pero, lamentablemente, se trata de una excepción, un caso aislado.

Hace unas semanas, un automovilista fue agredido por uno de estos nefastos sujetos y terminó en el hospital con una herida en la cabeza porque se negó a pagar por un servicio que no había solicitado. Las presas preferidas son las mujeres, que, ante la agresión, prefieren darles unos billetes. Por su parte, los “trapitos” siguen presentes en las zonas de gran congestión de tránsito ofreciendo estacionamiento a cambio de unos pesos, que a veces superan los doscientos. Todos sabemos que el lugar elegido por las noches es la zona de Palermo, donde se produce un gran movimiento por la cantidad de ofertas de restaurantes y bares. Todos los vemos –y sufrimos– pero las autoridades, no.

Carlos F. Figueras