Tesla: el magnate de los eléctricos que casi quiebra
En el vasto universo automotriz ocurren a veces cosas extraordinarias. Ahí tenemos a una marca como General Motors, con más de 110 años de historia, que ha volcado océanos de autos en las calles y que de repente se ve simplemente superada por un enano como Tesla. Esto sucedió el año pasado, cuando el fabricante de automóviles eléctricos superaba –con 65.000 millones de dólares de capitalización en la Bolsa de Valores– a GM, que no llegaba ni a 50.000 millones. Además, Tesla cuenta solamente con quince años de historia, alrededor de 35.0000 unidades producidas, y aún no gana dinero con la venta de sus autos eléctricos. Y, a pesar de esto: David no deja de ser un incordio para Goliat. ¿Cómo es posible? Con vehículos eléctricos modernos y un marketing realmente notable, una buena combinación que inyecta bastante frescura al panorama. Por el contrario, los fabricantes tradicionales producen el mismo efecto que un grupo de ancianos caballeros en medio de un festival de rock a cielo abierto.
Tesla encarna el cambio en el mundo automotriz actual como ninguna otra marca. Precisamente, la producción del Model 3, alcanzó la cifra de 5.000 unidades por semana. Las reservas acumuladas, y el aluvión de entregas que ya se está produciendo, consiguieron que el Tesla Model 3 fuera el quinto modelo más vendido en Estados Unidos en el tercer trimestre, un hito espectacular para un coche eléctrico como este. En ese mismo trimestre, el Tesla Model S y el Tesla Model X coparon 27.710 unidades entregadas en todo el mundo, lejos, obviamente, de las 56.065 unidades que se anotó el Model 3.
Hace unos días se lo entrevistó al magnate cofundador de la compañia, en la que reconoce la situación crítica que hubiera finalizado con la vida de la marca si el Model 3 no tenía el éxito necesario. El panorama era tan grave que hasta incluso dormía en la propia fabrica, luego de largas jornadas supervisando cada línea, desde la sección de pintura y ensamblado, a la de estampación, y tratando de resolver los múltiples problemas. Por suerte, las esperanzas no defraudaron.
Tanto Elon Musk como Tesla y todos sus inversores ya pueden respirar tranquilos. Sin embargo, la ambición de crecer y expandirse hacia nuevos segmentos sigue presente. La compañía esta pensando en lanzar un camión eléctrico, el nuevo Tesla Roadster y un crossover denominado Model Y. Hasta una nueva fábrica en China se encuentra en los planes, con el objetivo de expandir su red de producción de coches y otra en Europa.