Restauraron este SUV clásico y el resultado nos hizo babear
Además de ponerla a punto estéticamente, le mejoraron la suspensión y hasta le pusieron ¡el motor de un Corvette! Lo más loco es cuánto piden por ella.
Hace algunos meses la nueva Defender se llevó todos los flashes cuando Land Rover presentó la nueva generación. Tuvo adeptos y detractores pero hasta será la protagonista del próximo film de James Bond.
Sin embargo hay quienes todavía amamos la vieja y querida Defender y por suerte, todavía hay empresas que las restauran para que sigan luciéndose. Osprey es una de ellas y, como ves en imágenes, metió mano en una Defender de 1993.
La empresa en cuestión está basada en Wilmington, Carolina del Norte y se encargó de dejar la “Rover” impecable. Para arrancar, afuera le pusieron de todo para que quede bien guerrera: piezas en negro brillante, un snorkel divino, un malacate furioso y hasta una barra de LED por si la travesía se extiende después de la puesta del sol.
La primera etapa consistió en remover todos los paneles y repasar el chasis, para asegurarse la base. Luego, pusieron la lupa en la suspensión. En ese sector hubo un cambio de amortiguadores y resortes de la marca Terra Firma y nuevos ejes delanteros y traseros para dejarla a punto para el off road y mejorar el comportamiento dinámico. Luego le sumaron un nuev en el sistema de dirección.
Sin embargo lo más curioso es lo que hicieron con la planta motriz. Al original lo borraron de un plumazo y le pusieron ni más ni menos que el V8 ¡de un Corvette! es decir, con 525 CV y más de 600 Nm de torque. Para poder “bajar” la potencia se incorporó una caja automática y una de transferencia.
Pero, al mismo tiempo, hubo que mejorar los frenos, ya que semejante motor le da a la Defender otra dinámica. Para poder detenerla más eficientemente, se instalaron frenos con cálipers y discos ventilados dentro de las nuevas llantas de 19”, oscurecidas, como marca la tendencia.
Adentro, después de volver a montar todos los paneles, también metieron mano: habemus butacas calefaccionadas, alfombras de goma para lavarlas más fácilmente después de una jornada de off road, levantavidrios, acceso sin llave y un estéreo con DVD, Apple Car Play, diez parlantes y cámara de retroceso.
Después de enloquecernos con la restauración, nos quedamos locos también con lo que piden: 189.900 dólares. Es cierto que ese motor del Vette no se paga solo, pero el precio es algo elevado teniendo en cuenta que una Defender de última generación vale, cero ka eme, alrededor de 50.000 dólares en Estados Unidos. Vos, ¿con cuál te quedás?