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Los 40 de un histórico “león”

Hace cuatro décadas se lanzó el Peugeot 505, la última gran berlina de la marca francesa, con un diseño exterior firmado por Pininfarina, que recurrió a la propulsión trasera y se destacó tanto por su comportamiento dinámico como por su solidez.

El Peugeot 505 irrumpió en el mercado mundial en 1979 como el sucesor del 504, una tarea difícil, ya que este último modelo marcó una época en la historia de la marca. Pero el nuevo vehículo no era un improvisado, y gracias a su perfil dinámico, solidez y polivalencia, se transformó en un éxito comercial con más de un millón de unidades vendidas.

El último

El 505 es la última berlina de la marca en utilizar la propulsión trasera, una tradición muy arraigada en ese momento en Peugeot. Su robustez y solvencia para recorrer rutas y caminos en mal estado fueron puntos clave para su éxito, principalmente en lugares como África, América Latina y algunas regiones de Oriente con una pésima infraestructura vial.

Estas cualidades se tradujeron en una gran polivalencia, ya que en los distintos mercados en los que se comercializó se pueden encontrar unidades transformadas en ambulancias, vehículos policiales, automóviles militares, autos fúnebres e, incluso pick ups de doble cabina (y tracción 4×4). Más adelante, sus opciones se multiplicaron exponencialmente con el lanzamiento de su versión familiar (en el Salón de Ginebra de 1982). Esta espaciosa rural fue un ejemplo de modularidad con la posibilidad de disponer de tres filas de asientos en los que se podían acomodar hasta ocho pasajeros, por lo que velozmente se hizo popular tanto entre las familias numerosas como en los profesionales del taxi, algo que, a diferencia de lo que pasa en Argentina, es una cuestión valorada por las compañías.

Diseño de renombre

El exterior del 505 fue diseñado por Pininfarina, y se destaca por su dinamismo y por exhibir una estética atrevida para la época. Por su parte, su habitáculo era elegante y confortable, y fue la obra de Paul Bracq, uno de los interioristas más prolíficos en el mundo del automóvil a mediados del siglo XX, que participó en la creación de varios modelos míticos de Mercedes-Benz y BMW entre los años 50 y 70, además de ser uno de los artífices de concepts que han definido la estética Peugeot, como los Quasar, Próxima y Oxia.

Para poder tomar dimensión de la importancia a nivel comercial de un modelo, se puede analizar en cuántos lugares se fabricó. El 505 fue producido en Francia, España, China, Chile, Australia, India, Nueva Zelanda y Argentina. Además, fue uno de los últimos modelos de Peugeot que se vendieron de manera exitosa en el difícil mercado estadounidense, donde desembarcó con un importante pedido para flotas de taxis de Nueva York y Los Ángeles.

El último lugar donde se produjo fue en China y, al final de su vida, en 1997, contabilizó con 1.351.254 unidades vendidas hasta ese momento, dos años después de su despedida en Argentina.

En auto test

En realidad, eran épocas de road test. Carlos Figueras evaluó (y Tillous fotografió) en la edición 16 (febrero 1992) el 505 SRi 2.2 (con caja manual de cinco marchas). La prueba fue titulada: “Más carácter para un consagrado”. El producto de Sevel mejoraba con un motor de 130 CV, inyección electrónica Bosch, suspensión trasera independiente, freno a disco en las cuatro ruedas y un face-lift que lo ponía a tono con las variantes francesas. Nuestras pruebas marcaron una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,2 segundos, y una velocidad máxima de 185 km/h, mientras que el consumo a 100 km/h era de 8,3 l/100 km.