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¿En qué cambia el Citroën C4 Lounge Origins?

Manejamos una de las 200 unidades disponibles del C4 Lounge Origins, que, con base en el Feel Pack, agrega algunos detalles cosméticos a la variante impulsada por el noble 1.6 HDi de 115 CV asociado a una caja manual de seis velocidades.

Cuando Citroën nos consultó qué Origins queríamos, ni lo dudamos. “Vamos por el C4 Lounge HDi, que hace rato no lo manejamos”. Para ser precisos, corría enero de 2016 y la industria cerraba un 2015 ciclotímico, con casi 650.000 unidades vendidas que hoy serían un bálsamo. Esa fue la última vez que nos subimos al sedan argentino.

Por aquél entonces la “excusa” era darle la bienvenida a la caja de 6 velocidades, que reemplazaba a una de cinco. Además, hubo mejoras que se realizaron a nivel mecánico para cumplir con la norma anticontaminación Euro 5. Desde ese momento incorporó un filtro antipartículas (FAP) y, gracias al overboost, su torque se incrementó de 24,5 a 27,5 kgm.

Pero volvamos a este 2019. Cien años atrás Citroën comenzó a desandar su historia y para conmemorarlo la marca puso a la venta una edición especial de 200 unidades de Lounge, 230 de C4 Cactus y 140 de C3. Nos prendimos a la fiesta (no llevamos regalo) y manejamos durante unos días el sedan made in palomar con motor HDi y caja manual de seis velocidades

Citroen C4 lounge origins llanta

Cambios

Vestido para la ocasión, la personalización le queda muy bien. Lo mejor es que se logró con algunos detalles que pueden pasar algo desapercibido en el tránsito diario, pero cuando uno afina la vista se encuentra con las diferencias.

Lo primero y más evidente son las llantas de 17” oscurecidas y pulidas, un look que le queda muy bien sin subirse a la nueva -y fácil- tendencia de pintar de negro/gris las llantas y ya. Y hablando de colores, el C4 solo está disponible en Blanco Nacré, un perlado que va muy bien.

Afuera el look lo complementan los espejos negros con filete dorado y blanco (churrísima combinación) y los logos laterales y estampados sobre la tapa de baúl que dejan en claro que se trata de esta variante especial y limitada.

Citroen C4 lounge origins plancha

¿Y adentro? También pocos detalles pero que realzan su look específico. En primer lugar las butacas con un mix de cuero y alcántara, un material que siempre confiere jerarquía a cualquier habitáculo que viste; los bordados en el respaldo son prescindibles o cuanto menos cuestionables.

Con toda esta ornamentación, Citroën propone hacer un paralelismo con el GS, uno de sus modelos iconos de los 70, para nosotros el resultado estético es sutil y sobrio, una manera de darle a quien busca algo más en un sedán una pizca diferencial.

El resto prácticamente inalterado. Mantiene cotas y eso significa una habitabilidad muy buena (con una quinta plaza mejorable) y un baúl que va de la mano con 450 litros. Por el lado de la calidad, una gran presentación con mejores materiales que encastres y detalles.

Una de los apartados que siempre generan comentarios -más negativos que positivos- es el tablero, de look ochentoso que reemplazó en el restyling al nutrido y funcional híbrido. Brinda la data justa y su iluminación es excelente, aunque en cuanto a diseño atrasa décadas. Para revisar.

Por el lado del confort, se apoya en la variante Feel Pack y a eso le suman ópticas con tecnología Full LED, cámara de visión trasera, limitador y regulador de velocidad, ayuda al arranque en pendiente y cornering light, como lo más destacado (ver ficha).

Corazón diesel

Bajo el capot tampoco hubo novedades y esas son buenas noticias porque el 1.6 es un motorazo.  Aunque nominalmente la potencia no sorprenda, en el día a día es un aliado cuando necesitamos un punch extra: en cuanto sopla la turbina el empuje es notorio.

Precio: $1.233.500