Del Clase A al Clase B
No nos referimos al hecho de perder una categoría. Todo lo contrario. Comparte plataforma y un gran porcentaje de componentes con el Clase A, ahora también conocido como su hermano menor.
Por lógicas razones, estamos en condiciones de definirlo como la variante familiar de dicho compacto. Es más largo (+26 mm), más ancho (+10 mm) y más bajo (-4 mm) que su antecesor, cotas que por más mínimas que parezcan hacen la diferencia en habitabilidad y mayor dinámica al contar con una distancia entre ejes de 3 cm extra.
Innegable su parecido frente al Clase A, sobre todo si recabamos en todo el frontal. La típica línea baja y progresista con un extenso capot, se ven perfectamente emparejadas con la amplia parrilla que centra la clásica estrella suspendida por dos listones, faros equipados de serie con tecnología led High Performance, con un diseño específico de la luz de circulación diurna en forma de doble antorcha, y una parte baja del paragolpes con tintes deportivos.
El lateral es por demás conservador y si se realiza un rápido paneo, solo el logo en las llantas remarcan que estamos frente a un Mercedes. Detrás un amplio portón con sistema de cierre y apertura automática alojan afiladas ópticas, luneta de correctas dimensiones y un sector inferior con difusor en color negro mate y una falsa doble salida de escape. El voluminoso spoiler del techo y los de color negro de alto brillo situados en los laterales de la luneta trasera mejoran las propiedades aerodinámicas y le confieren al Clase B un aspecto deportivo en este sector. No irradia modernidad ni se distingue por una silueta llamativa. Todo lo contrario, es una pieza de diseño que no busca ostentar.
El interior es tan audaz como en el A, de hecho hereda prácticamente todo, excepto algunos rasgos autónomos como la plancha que presenta un solo volumen horizontal (dos en su allegado menor), y la posición 90 milímetros más alta de la butaca del conductor, lo cual eleva la visión.
Sin embargo, la mayor novedad radica en la exclusión del clásico instrumental: los display al estilo tablet son el futuro, y tanto en el Clase A como en el B se puede optar por diferentes configuraciones y tamaños de las pantallas. Quien busque información análoga no la encontrará, y deberá conformarse por la tecnología táctil o conversar directamente con el auto mediante el Linguatronic. Incluso es tanta la inteligencia artificial aplicada que, en función de las preferencias e incluso del estado de ánimo del conductor, una aplicación permite modificar la iluminación de ambiente. Una propuesta única.