Carlos Figueras: Reutemann y sus detractores
Carlos Figueras cuenta sus vivencias cubriendo en Europa la campaña de Reutemann, un piloto que aún hoy sufre críticas sin argumentos válidos.
Para un argentino no hay nada peor que otro argentino. Y si es exitoso, peor. Ese es el caso de Carlos Reutemann (a) Lole como fue bautizado por Paco Mayorga en referencia a los chanchos que criaba su familia en el campo de Santa Fe. Debido a mi actividad en la revista “Corsa” desde 1966, viví su campaña desde sus comienzos en Turismo Anexo J con un Fiat 1500 que se confiaron los hermanos Grossi concesionarios de la marca. Debutó en 1965 en el circuito de La Cumbre y pese a que abandonó se mezcló de inmediato con los mejores de la categoría. Tras su paso en el equipo oficial Fiat (logró dos campeonatos) pasó a correr en Sport Prototipos, TC con Falcon más alguna incursión con monoplazas de Mecánica Nacional.
A fines de los 60, con su conocida perseverancia se había impuesto como meta correr en Europa. Precisamente en esa época el Automóvil Club había decidido promover a un par de pilotos argentinos en la F2 Europea alistando dos Brabham. Así fue como Lole consiguió su propósito viajando junto a Chiche Caldarella que luego fue suplantado por Carlos Ruesch. En su debut en Hockenheim mostró su talento y dedicación para ser considerado y llegar a la F1. Su vida era el automovilismo. Para ciertas personas, tenía una personalidad controvertida. Parco, detallista, estudioso de cada parte del auto y disfrutaba haciendo pruebas para lograr la mejor puesta a punto. El ingeniero francés Dupasquier, responsable de Michelin que era el proveedor de neumáticos de la F1, lo definió con un concepto que lo describió de cuerpo entero: “Carlos es un gran piloto y si dispone del auto que él quiere es un ganador en potencia”. Una verdad incontrastable que se manifestó en su carrera desde sus comienzos con el Fiat 1500. No había detalle que dejara al azar, por eso llevaba de acompañante a “Navitas” (Navas era su apellido) que no pesaba más de 50 kilos.
En 1970 con el equipo del ACA de F2 fue subcampeón, título que quedó en manos de Ronnie Peterson. Fue el primer paso en firme para llegar a la F1, aspiración que se concretó de la mano de Bernie Ecclestone –propietario del equipo Brabham- que lo contrató como piloto teniendo como compañero nada menos que a Graham Hill. Su primer triunfo fue en 1974 en el circuito de Kyalami (Sudáfrica) pero una de sus mejores actuaciones fue en el “Infierno Verde” (Nürburgring) cuando ganó de manera contundente un año más tarde, logrando el segundo puesto en el campeonato. En 1976 es tentado por la escudería Ferrari que le ofrece un tercer auto junto a Lauda y Regazzoni que al año siguiente dejaría el equipo. Como es habitual en el equipo italiano, la convivencia fue complicada y Lauda no era el compañero más agradable y dispuesto. Enzo Ferrari, en su libro, lo definió como un buen piloto pero “atormentado y tormentoso”. ¿Qué lo llevó al Commendatore a utilizar esas ambiguas palabras?. Nunca se sabrá. Cosechó triunfos con los autos rojos pero en 1978 emigró a Lotus, probablemente uno de los errores en su carrera. El team británico en manos de Colin Chapman había ganado el campeonato del año anterior pero en 1979, su auto no era el mejor y Reutemann sufrió las consecuencias.
Un año más tarde pasa a Williams y logra uno de sus triunfos más festejados: el GP de Mónaco y en 1981 se consagra subcampeón apenas a un punto de Nelson Piquet luego de la controvertida carrera de Las Vegas. En el equipo Frank Williams estaba claro que el australiano Jones era el privilegiado lo que se manifestó con el famoso cartel desde boxes: “Jones-Reutemann” que le indicaba que debía ceder el primer lugar a su compañero, orden que el Lole no cumplió. Igualmente Jones fue campeón. Al año siguiente abandonó la F1 siendo compañero de Keke Rosberg.
¿No es suficiente historial para celebrar su exitosa campaña? Después de Fangio fue el piloto argentino que logró los mejores resultados en F1. Sin embargo, algunos aún ponen en duda su talento. Son aquellos que nunca le ganaron a nadie en la vida y que hablan de “falta de garra” o “siempre terminaba segundo” o “no era un piloto aguerrido” o “nunca arriesgaba” y una serie de críticas sin argumentos de peso. Era cierto el comentario de Dupasquier. Cuando tenía el auto a su gusto en la puesta a punto era candidato indiscutible. Cuando estas condiciones no se daban su plan era llegar lo más adelante posible y sumar puntos. Varios pilotos de esa época que trataban de exigir un auto que “no daba para más”, terminaron siendo protagonistas de accidentes graves y en muchos casos fatales. Ese planteo no figuraba en la mente ni en la personalidad del Lole para encarar el automovilismo y por qué no, la vida. ¿El sentido común puede ser criticado?
Largó 146 GGPP de F1. Logró 12 victorias y 45 podios. ¿Hacen falta más datos para evaluar la campaña del Reutemann? No pudo ser campeón mundial aunque estuvo cerca en dos ocasiones. Como sentenció Juan Manuel Fangio: “En el automovilismo el 70 por ciento es el auto, el 20 es el piloto y el 10 es suerte…sin un auto ganador no es posible ganar”.
Y si Fangio lo dijo…
En abril de 1966 ingresó a Editorial Abril como integrante del equipo periodístico de Corsa, revista especializada en el automovilismo deportivo. Dieciocho años más tarde pasó a ser editor de la revista Parabrisas en su relanzamiento hasta que en 1990 se retira y se transforma en uno de los fundadores de la revista Auto Test. Falleció el 4 de mayo de 2022, dejando un legado imborrable en la industria automotriz.
Cumplió más de 50 años de actividad en el periodismo especializado a lo que suma una breve carrera deportiva al volante de distintas marcas en la categoría Turismo además de haber recorrido cientos de miles de kilómetros por caminos de Argentina.