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¿Cactus turboalimentado o aspirado?

Más allá del replanteo de su línea, la casa del doble chevrón imprimió una cuota de racionalidad “made in Mercosur” en el Cactus. Esta expresión se desprende de la configuración del producto en sí, ya sea por las nuevas opciones y niveles de equipamiento, como las mecánicas o el seteo de las suspensiones.

Las incorporaciones que sumó respecto del producto proveniente de España resuenan principalmente en el apartado seguridad. Aquí el Pack Drive Assist, disponible solo en el Shine, aporta el Active Safety Brake (asistente de frenado de emergencia), y las alertas de cambio de carril involuntario, de colisión y de pérdida de atención del conductor, mientras que el Grip Control mejora la tracción en situaciones de baja adherencia gracias a los diferentes modos de conducción preseleccionados (ripio, nieve, arena, asfalto). Sin embargo, y pese a que los neumáticos Goodyear 205/50×17 fueron reemplazados por unos Dunlop 205/55×17 con un dibujo más off road –no califican como mixtos–, el desempeño fuera del firme no descolla, pero el sistema permitirá que nos adentremos y salgamos airosos en terrenos poco amigables.

Al igual que los cauchos, la suspensión fue reconfigurada y calibrada, ya que posibilita atravesar todo tipo de baches, cunetas pronunciadas y lomos sin despeinarse. Amplio despegue de la carrocería, correcta insonorización del habitáculo y una dirección eléctrica sobreasistida que permite estacionar y girar en espacios reducidos sin esfuerzos. Es la ciudad el hábitat de esta renovada gama. Tanto las versiones con el 1.6 VTi de 115 caballos –la novedad– como el 1.6 THP de 165 CV –el reemplazante del 1.2 tricilíndrico de 110 CV– poseen una configuración citadina, siempre priorizando el confort de marcha, la agilidad y la economía de combustible. En trayectos fuera de la city no desentonan, con respuestas francas pero demostrando leves inclinaciones debido al replanteo de los trenes de suspensión.

El confort y la habitabilidad fueron otro punto que no se libró al azar. La plancha, que también recibió un intenso lavado de cara, se muestra funcional, mientras que la posición de manejo ahora puede resultar más elevada. Bien por el espacio logrado para el resto de los pasajeros, junto a un baúl de 320 litros (parecen más), que pueden llevar los bártulos de una familia promedio.

Varieté

A las mecánicas se acoplan tres niveles de equipamiento (de España llegaba solo uno). A saber: Feel, el azul que nos ocupó durante este análisis, mantiene lo justo y necesario y es el menos dotado de la familia (645.500 pesos a diciembre); el Feel Pack, disponible con caja manual de quinta o automática de seis, que agrega airbags de cortina, cámara de visión trasera, GPS en el sistema multimedia, climatizador digital, sensor de lluvia, limitador y regulador de velocidad, y One Touch en los cuatro cristales ($710.00 MT y $759.000 AT); y Shine, el blanco que posó para las fotos, que monta el 1.6 THP solo con transmisión AT, que suma los mencionados Pack Driver Assist y Grip Control, alarma perimetral y volumétrica, espejo retrovisor electrocrómico, barras longitudinales en techo y tapizado de cuero ($867.000).