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Al borde de un barranco con el «Chino» Canedo y una coupé 1500

Carlos Figueras nos cuenta su anécdota con el piloto de Fiat Eduardo "Chino" Rodriguez Canedo por los caminos de Neuquén y Rio Negro

Por Carlos F. Figueras

Entre las muchas experiencias que viví en esta actividad, fue la que tuve ocasión de “disfrutar” como acompañante del Eduardo (“Chino”) Rodríguez Canedo. Un pilotazo que integraba el equipo oficial Fiat que competía con las coupé 1500. Leonardo Rosati, director del equipo me invitó a compartir el habitáculo con el piloto en cuestión al que conocía desde hacía varios años. La Vuelta de la Manzana del 69 que se disputaba por caminos de Neuquén y Rio Negro fue la prueba elegida para acompañar al Chino, cuya especialidad, sin duda, eran los caminos de montaña debido a su innata intuición y habilidad para corregir errores. Por esos años no había hoja de ruta ni nada que se le pareciera, apenas unos pocos apuntes de lugares extremadamente peligrosos. Por lo tanto, desde la butaca derecha mi única función era encenderle los L&M que consumía con voracidad.

Pero el Chino, además de sus cualidades conductivas era un personaje, un tipo muy gracioso, incisivo y divertido. Largamos de Villa Regina con destino a San Martín de los Andes y ganamos la primera etapa en lucha con los Peugeot 504 oficiales. El segundo tramo finalizaba en Bariloche pero en el camino de los Siete Lagos se rompió el diferencial. Perdimos mucho tiempo hasta que llegó el auxilio de Fiat que lo reemplazó quedando últimos en el camino detrás de autos de la categoría chica (Renault Gordini y Auto Union).

Decidimos tratar de llegar a Bariloche dentro del término reglamentario, lo que logramos a cinco minutos del cierre del parque cerrado. Sin embargo, en una curva engañosa en pleno ripio, estuvimos a punto terminar en un barranco. Cuando el Chino la vio, volanteó, cruzó la coupé y con la cola casi besamos la montaña en medio del derrape controlado. Superado el momento me vio aferrado a la manija del techo y comentó suelto de cuerpo “Te cagaste, ¿no?” a lo que contesté: “Sí la pequetepa…”. En medio de una carcajada agregó: “No te hagás problema, yo también…”. Así era el Chino.

Como remate para que se tenga una semblanza de su personalidad, en la última etapa de Bariloche a General Roca largamos últimos. Nos cansamos de pasar autos más lentos y a poco de la llegada estábamos terceros en el camino ganando la etapa ante la euforia de la gente al costado del camino. Ganamos la etapa con buena diferencia y al llegar al parque cerrado lo esperaban los periodistas radiales para hacerle un reportaje. Uno de ellos le comentó la gran tarea que había concretado en la etapa. “Si, la verdad que fue impresionante…las mujeres saludaban agitando bombacha en la mano”. El reportero de una radio local, quedó petrificado, lo dicho por el Chino ¡había salido al aire!.

Ese también era el Chino.