Cinco personas pueden viajar sin sacrificios, solo el quinto ocupante (plaza central trasera) deberá adaptarse al voluminoso túnel de transmisión. Pero espacio hay. Como corresponde a la marca Premium del Grupo Volkswagen, los materiales, encastres y terminación no muestran puntos grises. Todo es agradable al tacto, sin rigideces plásticas.

La posición de manejo es bien “germana”, amplia regulación (manual) en altura de la butaca de buena sujeción lateral y columna con doble reglaje. No habrá quejas entre los de 1,65 de estatura y tampoco de los de 1,90. El volante achatado en su sector inferior y de buen grip es del tipo multifunción y dispone de levas para el cambio de marchas. El instrumental en combinación con el ordenador de a bordo ofrece la posibilidad de seleccionar distintas funciones que se replican entre el velocímetro y el cuentavueltas mediante una pequeña pantalla.

Las suspensiones, más firmes que en el A3 Sedan “normal”, juegan ligeramente en contra del confort de marcha en ciudad o en superficies irregulares (sin exagerar), a lo que se suman neumáticos 225 con perfil 40 montados sobre llantas de 18 pulgadas. Característica que es habitual en todas las versiones con cierta tendencia deportiva. Transitando por la vereda de enfrente y como puntos a favor, manifiesta una eficiente dinámica en ruta, abordando curvas de todo tipo con mínimo rolido de la carrocería y con una conducta franca en todo momento.