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Duelo de sedanes ¿Cuál elegir?

Uno nacional, uno brasilero y otro español. La procedencia es variada, pero el propósito es el mismo. Tres sedanes compactos de nueva generación que buscan erigirse como la mejor opción para satisfacer las necesidades de la familia: gran habitabilidad, baúles enormes y buen equipamiento.

La aparición de estos nuevos sedanes compactos, sin dudas, obligó al mercado a una intensa revisión del segmento. Atrás quedaron modelos de diseño vetusto, de calidad “justita” y tamaño menor para ser remplazados por productos que los superan largamente en todos los aspectos. Para marcar aún más las diferencias pusimos bajo la lupa a las versiones más potentes, equipadas y con transmisión automática. Hablamos del Fiat Cronos Precision, el Peugeot 301 Allure Plus y el Volkswagen Virtus Highline.

El argentino

Gusta. El estilo de diseño que desarrolló FCA para sus nuevos modelos regionales se lleva los aplausos. Cronos no es la excepción a la regla y está en línea con productos como Toro y Argo, que ya habían demostrado una gran aceptación en este sentido. En cuanto a medidas, este sedan fabricado en la planta que el grupo posee en la provincia de Córdoba es el de menor longitud, ancho y distancia entre ejes, aunque el de mayor altura, por lo que cuando se lo pone junto a sus dos contrincantes se lo ve como menos “plantado”. En contrapartida, es el dueño del baúl de mayor tamaño, con sus 525 litros.

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Conseguir la cotización auto test del Fiat Cronos

El Cronos se ofrece con caja Aisin, la cual es de convertidor de par, de seis relaciones y con levas al volante. En lo que a comportamiento rutero se refiere, el Cronos es el que más se inclina, principalmente por su mayor altura, y menor distancia entre ejes y ancho. Tiene, al igual que 301 y Virtus, control de estabilidad/tracción. En ciudad es donde saca una ventaja, siendo el que mejor copia irregularidades, seguido por Virtus, y el 301 en ese orden.

En cuanto a habitabilidad no es el mejor de los tres, pero los materiales y manufactura sorprenden con un poco más de esmero que sus rivales. Punto a favor en cuanto a calidad. La butaca con regulación en altura y volante de doble reglaje le permiten ofrecer una posición de manejo que se adecua a cualquier talla de conductor. El reemplazante de los Siena/Linea es el más distinto con tres salidas de aire centrales, pantalla tipo tablet flotante, y un tablero con dos relojes analógicos, pero con un gran display para los datos de la computadora de a bordo.

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El brasilero

Es atractivo, moderno y sobrio. Un diseño muy masculino, emparentado (¿en exceso?) con el resto de la gama de la marca alemana. Tal es así, que más de uno se lo puede confundir, ya que el “family feeling” está a la orden del día. ¿Podría ser un poquito más audaz de línea? Creemos que sí. Es tres centímetros más largo y uno más ancho que el Peugeot, pero son iguales en altura y distancia entre ejes. En consecuencia, el Virtus es el más grande de los tres. Su baúl, de 521 litros, es el que muestra la mejor presentación (seguido por el Cronos).

Producido en la planta brasilera de San Pablo (allí VW invirtió más de 800 millones de dólares para producir nuevos modelos) se impulsa por un motor 1.6 de doble árbol de levas y correa dentada que entrega de 110 CV (a 5.750 rpm). Sus prestaciones son lógicas, pero respecto a la competencia de turno queda algo más rezagado en todos estos procesos de aceleración. Su caja Tiptronic de convertidor de par y seis velocidades es sin lugar a dudas la de mejor funcionamiento. Tiene levas al volante, al igual que el producto de Fiat.

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Conseguir la cotización auto test del Virtus

En cuanto a la conducción en ruta y curvas veloces se desprende ofreciendo un notable desempeño. Va aplomado y se desenvuelve con mucha eficiencia. En ciudad, está un escaloncito por debajo del Cronos al ser un poco más duro de suspensiones. A pesar de esto, el VW es el más equilibrado del grupo. La dirección es eléctrica, de asistencia justa en todo momento.

Su habitabilidad es superior a la del Cronos (y muy superior a la del Voyage). Cuatro personas de más de 1,85 metros entran perfectamente. La comodidad de la quinta plaza dependerá de la contextura de los pasajeros laterales. En lo que a posición de manejo se refiere brinda la mejor postura. Con una pedalera bien profunda y reglaje en altura de la butaca bastante amplio, más la doble regulación del volante. La cuota de modernidad la aporta su tablero de instrumentos totalmente digital y configurable.

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El español

El Peugeot se beneficia de su origen trasatlántico con un diseño más personal que el de algunas adaptaciones Mercosur. Luce más elegante y agresivo que sus rivales. Además, como se advierte fácilmente, estéticamente está varios escalones por encima de su antecesor de franja: el 207 Compact. Sus dimensiones están a la par de las del Virtus, aunque es apenas más corto. También es más “pequeño” su baúl (506 litros) que incómodamente solo se puede abrir desde la llave o desde el interior, ya que el portón no tiene botón.

La caja automática se llama Tiptronic y si bien es eficiente se la notó algo “patinadora”. Sin embargo, vale destacar que es la única con dos seteos extra de conducción “Nieve” y “Sport” (el VW solo ofrece opción “Sport”, y el Fiat ninguna). En cuanto a la conducción en ruta, el 301 se ubica entre el Virtus y el Cronos. Dinámicamente no merece críticas, solo en ciudad y en calles con pozos y lomas se advierten algunos “golpes” en el eje posterior debido a su procedencia europea.

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Conseguir la cotización auto test del Peugeot 301

No hay que dejarse llevar por su origen, ya que se trata de un low cost español y, aunque su calidad general está medio escalón por encima del promedio Mercosur, tanto Virtus como Cronos se la pusieron difícil. La habitabilidad está en consonancia con el producto alemán, con un destacado espacio en las plazas traseras.

En cuanto a posición de manejo, carece de volante con regulación en profundidad, algo que no compensa con su apoyabrazos. También le faltan algunos portaobjetos y la información detrás del volante se brinda por dos agujas y un pequeño display central. Bien tradicional, por cual hasta puede parecer anticuado.

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